Queridos lectores os dejo con un texto que estoy trabajando, acerca de como ve el psicoanalisis Lacaniano el tema de los castrati, lo cuelgo aqui porque me ha parecido extremadamente interesante, espero que os interese y que le podais sacar algo de partido.
Desde el psicoanálisis esto nos coloca en el plano del complejo de castración, es decir de una pérdida de goce fálico, vuelta matema por Lacan como -psi , pero que en estos personajes se colocaba al servicio del goce de una época, trataban de recuperar esa pérdida de goce fálico, en términos de otro goce, bajo la forma de la voz.
Dice Lacan: "la función F del significante perdido, a lo cual el sujeto sacrifica su falo, la forma F (a) del deseo del macho, A (-psi ) del deseo de la mujer, nos conduce al final del análisis cuya aporía nos ha dejado Freud en la castración." Esto es importante porque introduce el resto de la operación significante, como objeto (a), queda el resto pulsional que el sujeto tendrá que buscar después del análisis, como vivirlo, cómo vivir la pulsión después del análisis. Pero también nos ubica ante la fantasía femenina de castrar a un hombre, bien ilustrada en la película japonesa: El imperio de los sentidos.
En el caso del castrato no era sólo una operación significante, sino en lo real, eso da un viso loco al horizonte de goce de la época; quizá similar a las actuales cirugías hechas a los transexuales, donde tratan lo real por lo real, en la época esa cirugía estaba destinada a algo muy particular: no era -como en los eunucos egipcios y de los haréns de los turcos- una manera de asegurarse su no deseo hacia las mujeres a quienes servían, sino que era destinada a conseguir una voz; es decir, que ese resto de la operación significante era encubierto por una investidura imaginaria llamada objeto voz, de allí el matema que proponemos:
(a)
-psi
Donde aparece el objeto (a) como un valor que oculta el valor fálico, pero que también viene en su lugar de manera (a)sexuada.
Lo que perdían en goce fálico lo ganaban en el goce del objeto (a), en la voz. Por ello se buscaba la autonomía de la voz del castrato y en particular la voz aguda, como un objeto de goce, por fuera de la significación de lo que cantaba, incluso en un texto ininteligible pero agudo, un trino, una bocaquiusa, casi un grito, lo que estaba en juego no era la jouis-sens, un goce del sentido, del texto de la pieza de ópera, sino un goce fuera-del-sentido, goce del objeto puro, de la voz en el grito, más allá de la sexuación y de la comunicación.
FUENTE: El castrato y el canto de los ángeles
2 comentarios:
Creo que Farinelli no hubiera pensado lo mismo, ademas creo que tampoco hubiera elegido ser castrato...como la mayoria...
Ya, por supuesto... Pero esto de las interpretaciones a posteriori es lo que tiene y más la psicoanalítica juas, juas, juas
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