miércoles, 5 de marzo de 2008

De Frikadas varias...

Queridos lectores, hoy ha sido un día agitado. Agitado, no porque haya supuesto un "hito" o algo por el estilo, sino porque he estado trabajando más de lo normal, y ya sabeis que yo soy un vaaaagooooo!!!

En primer lugar he estado en el museo de artes populares y costumbres investigando sobre el memento mori y la fotografía postmortem. Y todo por la asignatura de Juanjo Padial, Historia de la Antropología, que nos ha hecho convertirnos en autenticos antropólogos e investigar sobre aspectos de la vida cotidiana del siglo XIX y XX. Y ¿Qué he sacado en claro? Pues mucho, pero es tanto, que prefiero dedicarle una entradita cuando tenga mis notas pasadas a limpio... Ah y prometo fotos, juas, juas, juas!!!

La segunda cosa, también es filosófica, y es que vamos a escribir y leer por iniciativa popular la Ethica more geometria demostrata de Baruch de Spinoza. Para eso hemos creado SPINOZA, GRUPO DE TRABAJO. Si os gusta la filosofía, y los desvarios que podamos hacer, no dudeis en pasaros por allí. Estando servidor implicado podeis esperar de todo, juas, juas, juas...



Por último quiero dedicarle una zarzuela con tintes verdianos (vease el final de la pista 3) a Agatarco, que se lo merece, por razones varias, jejejeje... Y pido disculpas por no subir la Juive, pero algo de vagancia tenía que tener despues de un día duro y rallante...

Se trata del Chaleco Blanco de Federico Chueca. Esta obra se estrenó en el Teatro Felipe de Madrid, el 26 de junio de 1890. Esta obra surgió de una apuesta entre nueve libretistas realizada en el Círculo Artístico-Literario, calle Alcalá, la noche del 15 de enero. Vital Aza propuso a sus contertulios una apuesta por la que cada uno se comprometía a escribir un sainete en el plazo de un mes sobre un título obtenido por sorteo entre los varios propuestos. La única condición era que el trabajo debería realizarse en un mes y el que no lo consiguiera debería pagar el almuerzo y la cena de los demás durante una semana. El chaleco blanco le correspondió a Miguel Ramos Carrión y es la única obra de esta singular competición cuya popularidad ha pervivido hasta el presente, gracias a la partitura de Federico Chueca.

La obra comienza en una casa de huéspedes de Madrid a finales del siglo pasado. Esta casa es propiedad del matrimonio formado por doña Casta y Pérez. Su hija Tecla está enamorada de David, uno de los huéspedes, músico pobre que se dedica a tocar el piano por los cafés de la ciudad. Su amor se ve truncado cuando los dueños de la casa reciben el aviso de la llegada de un joven que acaba de heredar cinco mil duros de su padre. Doña Casta, mujer fría, egoista y calculadora, decide echar a David y ceder su sitio al nuevo heredero, para propiciar una boda entre éste y su hija. Pérez y Tecla son los encargados de dar la noticia a David. En medio de todo aparecen los otros huéspedes: Don Ventura, un comilón empedernido y don Quintín, un cesante empeñado en mantener las apariencias y el estilo de vida que pareció gozar en algún momento anterior.

Entretanto, se da a entender que don Quintín ha cogido unas prendas de don Ventura para acudir a una cita con el Ministro de Ultramar, que le va a proporcionar un empleo. David, que se ha marchado de la casa sin recoger sus ropas, regresa enseguida muy excitado porque ha visto en la prensa que le ha tocado el gordo en la lotería y había dejado el billete en un chaleco blanco. En ese momento Pérez se da cuenta que había dado el chaleco a Rosa, una lavandera que hace su colada en el Manzanares y todos salen corriendo en su busca, con la esperanza de llegar a tiempo. Todos acuden a casa de Rosa, para que el Portero les indique el lugar exacto del río donde suele ponerse la lavandera.

A orillas del Manzanares se congregan lavanderas, vendedores ambulantes y hasta unos cornetas del regimiento. Finalmente doña Casta, Pérez, Tecla, David y don Ventura encuentran a Rosa, pero toda su ilusión se desvanece cuando ésta les dice que ha echado la colada en lejía. En el último momento aparece don Quintín y David se da cuenta de que lleva puesto su chaleco, con lo que recupera su billete de lotería y con él, toda su felicidad.

En lo musical hay que destacar que el preludio con el que se inicia la obra se convierte pronto en un agradable vals, Seguido de un breve número tarareado. El primer número cantado es un diálogo jocoso entre el tenor cómico y la soprano al que la música sirve más de fondo que de acompañamiento. Continúa con una elegante mazurka para convertirse pronto en un trío. El siguiente número desemboca de repente en el tema "De quella pira" de Il Trovatore de Verdi, aquí trastocado en "Décimo mío, corro a salvarte". No parece que la aparición de este tema tenga otro motivo que despertar la sorpresa del público. El resto de los musicales de la obra son partes corales. El primero corresponde al coro de lavanderas, siguiendo un coro general de lavanderas y soldados con los pregones del bollero de fondo. El último número es el coro de los soldados que regresan a su cuartel. Una brevísima repetición del motivo del pasodoble constituye el final de la obra.

Federico Chueca
EL CHALECO BLANCO
Libreto de Ramos Carrión

*ALHAMBRA (LP)
Dirección: Ataulfo Argenta
Ana María Iriarte, Gerardo Monreal, Joaquín Portillo.
Coros Cantores de Madrid. Gran Orquesta Sinfónica.

http://rapidshare.com/files/97172089/El_Chaleco_Blanco.rar.html

A disfrutar, y dejadme ser un vago, un vago de los grandes!!!! Juas, juas, juas!!! Portaos bien...

1 comentario:

perrodepaja dijo...

�se juanjo padial debe de ser un tipo especial. vaya. rima. me suena. zapatos. este lugar es diferente. es evidente. y sigo con las rimas idiotas y espont�neas. �so s�. la �pera. desconozco ese mundo. me atrae. s�. me atrae todo aquello que desconozco. las mujeres? obvio. me atrae. vaya. por qu� co�o en el windows vista saltan multitud de ventanas sin ton ni son???bueno. jos� tom�s. joder. soy del norte. del norte del norte. y all� los toros y toreros se esconden en las sombras. pero a ese t�o lo vi. lo vi torear, claro. fue en una feria de gij�n. un verano. y vaya si se arrimaba. vaya c�mo respiraba todo. cerca. tan cerca. ni siquiera haciendo el amor estar�a tan cerca de nadie. jejeje. y la gente suspiraba. se notaba. como en el f�tbol. �se...uhmmmmm....ayyyyyy....esa tipa que despu�s de seis a�os reaparece y te dice. vaya, co�o, sigues igual...tan...interesante. tan.... y te quedas con cara de...bueno, de...�stas son mis gafas nuevas. me encanta tu ciudad. y el mar. saludos.