A mí, de límites, no me gusta hablar. Ni para un director de escena, ni para un teatro, que no es otra cosa que un espacio donde hay que comunicar libertad y donde es la propia ética y estética la que te dice qué hay que hacer. Nunca he visto encima de un escenario algo que fuera digno de ser cortado, o simplemente ofensivo. Y es porque creo que debe haber un código implícito entre nosotros. Se les está dando mucho campo y mucha importancia a los intolerantes, y desde luego es algo que no tiene nada que ver con que la prensa lo infle. La autocensura me parece lamentable. Es una cobardía moral que nos asuela. El discurso hay que centrarlo en si los espectáculos son buenos o malos, no si ofenden o no. El teatro y la ópera son sitios donde se tratan los temas tabúes precisamente porque es ficción, y en la ficción uno puede tratar los temas de otra manera y puede vivir varias vidas y de otra manera. Ahí está la gracia.
Calixto Bieito. Director artístico del Teatro Romea de Barcelona y Director de escena.
FUENTE: Diario El Pais 29/09/2006
1 comentario:
totalmente de acuerdo.
Harta estoy de directores y otros que se meten en el trabajo del director cuando creen que solo porque tienen el poder de darte trabajo te limitan la creatividad e ideas.
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