Comienzo este blog (a ver si soy capaz de actualizarlo a menudo...), con una experiencia magnífica que viví el martes pasado y que me ha marcado, mi bautizo liceístico con la Norma de Bellini. Es cierto que en un principio pensé que hubiera preferido un Wagner o un Barroco para debutar, pero al final fue una obra de Bellini, que desconocía y que me encantó.
En la foto aparezco con mi actual maestra, Begoña Alberdi (magnífica pedagoga, excelente profesional y mejor persona) que cantaba en esta ópera. Aquí estamos en su camerino donde fuí a verla y a charlar con ella en el intermedio entre el Acto I y II.
Empezaron los primeros y majestuosos acordes de esta ópera desde un lateral del 4º piso, la única entrada que logré conseguir, pero bueno fue aún más mágico aunque me tocó una lampara. Además había empatizado estupendamente con el Teatro, no se tiene algo, algo mágico que te atrapa y te marca, es indescriptible... Lo primero que tengo que decir es que como ópera me encantó la música es magnífica. Con respecto a la versión que pude presenciar, a mi casi me gustó la dirección musical, parecía Meyerbeer, unos tempis vivisimos que hacian imposible aburrirse. Una lectura romántica de Norma, que a mi no me supo mal, aunque a gran parte del público si.
Empecemos por lo bueno de la función y olvidemos lo malo, que no merece la pena comentar (los gallos de Farina y otros asuntos…). Dolora Zajick estuvo impresionante, se marcó un par de agudos en pianissimi, que hicieron vibrar al público. Además es una cantante apabullante y una buena interprete supo sacar mucho, mucho mucho, de un personaje tan ingrato como Adalgisa. IMPRESIONANTE!!!! Demostro que es capaz de exhibir una linea exquisita y uso de los matices fuera de lo común en los teatros de ópera de hoy. Amen de su coloratura, increible para una voz de su caudal... La Norma de la Rachele Stanisci era interesante, pero claro si hubiera proyectado bien. Tiene un instrumento bonito, y es elegante cuando canta. Quizás los nervios por la injusta crítica de la Vanguardia sábado impidieron que diera más (todo el mundo esperaba obsesivamente a la Cedolins). No obstante yo me percate de que en el segundo acto se creció y que cesaron en parte los problemas de afinación que tuvo durante la primera parte. Además un handicap muy serio es tener al lado a la Zajick, todo se desluce ante ese instrumento y esa artistaza. No tuvo toda la suerte que tenía que haber tenido Begoña Alberdi en el pequeño papel de Clotilde, pues exhibió una voz digna de Norma (¿Por qué no será ella la Norma? ), muy bien proyectada y extremadamente elegante, lo que demostraba que allí habia una grande a la sombra. Su faceta actoral estaban a años luz de casi todos los presentes, quizás sería porque ella se ha tirado 3 semanas de ensayos mientras que los otros solo han ido al final… Begoña Brava!!!! (Yo se lo grité al final de la función y no es porque sea mi maestra, jejeejejeje...). De Franco Farina prefiero no de hablar, para no decir cosas buenas es mejor estar callado. Y Giacomo Prestia me pareció solvente, afrontó de una manera digna el rol ingrato que le tocaba, Oroveso que no es nada lucido. La regie fue extremadamente normalita, algo aburrida cuando llevas una hora de ópera. Una escenografía aburrida y de la que acababas harto al ratito... En general acabé contento, no fue la función de mi vida, pero seguro que no se me olvida en muchos años.
El Liceu marca, marca en exceso. Y espero volver muy pero que muy prontito, porque se ha convertido en mi teatro por excelencia, y ya he estado en unos cuantos...
2 comentarios:
Bienvenido a la blogesfera. De momento ya estás enlazado desde mi blog...
Muchas gracias Mei!!!
Intentaré mantener el blog actualizado... (Seré capaz???)
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