Queridos lectores,
Tras unos días de relax, fiesta y algunas cosas más, pues pongo una nueva entrada en mi blog. Así que hoy os voy a contar otra de esas historias de “Es war einmal”, que tienen tanto encanto, porque nos llevan a un mundo maravilloso y mágico, a un Berlín de ensueño con una historia que transcurre durante 75 años, bastante triste aunque con un final feliz intergeneracional (si, se que esto suena horrible, a clase de algo de ciencias sociales barato, pero...). El nombre de esta opereta es “Wie einst ein Mai” (Como una vez en mayo) y pertenece al subgénero de los amores despechados y los reencuentros a lo largo de los años. Otra opereta con una trama muy similar a esta pero más vienesa es Drei Walzer (1929) de Oscar Strauss, en las que las tres generaciones de artistas rechazan a Octavio y sus descendientes, hasta que sus nietos se reencuentran en un estudio de Los Angeles en 1928. Auténticamente una delicia, aunque os la presentaré otro día.
La que hoy nos ocupa fue escrita Rudolf Bernauer y Rudolph Schanzer, tiene música de Walter y Willy Kollo, puesto que escucharemos la revisión estrenada treinta años después de su estreno en 1913 en Berlín. Un Kollo más estará presente, puesto que escucharemos al nieto e hijo Rene, cantando el papel de Fritz. El estilo de esta obra es jazzistico y cabaretístico 100%, pues Willy se encargó de transformar algunas melodías de su padre para la moda de los cuarenta, con la ayuda de Walter Lieck, buscando ese toque que solo un berlinés puede ser capaz de dar. La obra es rica en valses, slowfoxs, couplets, marsch, etc. Vamos lo típico. Y es que esta opereta fue considerada mucho más grosera e irreverente, que las de Lehar que tanto excitaban al führer, aunque sus libretos estuviesen escritos por alguien, a quien no dudaron en mandarlo a Büchenwald. Entre sus schlagers destacan, el dúo del reencuentro: “Das war in Schöneberg, im Monat Mai”; el alegre “Wir fahren mit der Eisenbahn”, o el punto final de la opereta y el progreso de la ciudad: Untern Linden, Untern Linden. Esta es la muestra de que la opereta no es solamente vienesa... Esta opereta como la mayoría tuvo un devenir incierto, después de la premiere 1913, esperaría treinta años hasta que Willy Kollo haría una nueva versión en 8 cuadros y añadiendo música nueva, estrenando en el Grosses Schauspielhaus de Berlin, en 1943. Desde entonces cayó casi en el olvido siendo recuperada en una nueva edición primero en 1994 por René Kollo y en 2005 en Berlín.
La historia es una autentico culebrón, pero de una modernidad dramatúrgica increíble, es casi una película, sobre todo por el manejo del tiempo, que cualquiera de los que escribimos obras dramáticas, sabemos lo complicadísimo que es. Pues bien Bernauer y Schanzer son capaces de otorgar un ritmo bastante bueno, en saltos de 20, 30 y 25 años, lo que hace que los saltos no sean vacíos y sobre todo logran hilar la historia de Fritz y Ottilie a la perfección. El final es una anticipación a toda una tendencia posterior de finales melancólicos, que intentan ahuyentar aquello de que todo lo pasado fue mejor…
Nuestra historia comienza en el Berlin de 1838, en el que acaba de llegar el primer ferrocarril. Allí un joven aprendiz de mecánico Fritz Jüterbog (tenor), está enamorado de la joven, guapa y rica Ottilie von Henkeshoven (soprano), hija de su jefe, el principal inversor de los ferrocarriles alemanes. La joven le corresponde, pero la familia se opone. Fritz decide hacerse respetable, y decide marchar a America, no sin antes declararle en Schöneberg su amor a Ottilie en un bello día de Mayo. Han pasado veinte años, estamos en 1858 otra vez en Berlín. Fritz ha hecho mucho dinero en America y ahora es un hombre rico, y vuelve con la esperanza de encontrarse con ella. Sin embargo Ottilie se ha casado con su primo Baron Ernst Cicero von Henkeshoven, pues su familia había perdido todo su dinero y necesitaban afrontar las deudas. Pero en vez de una feliz experiencia para la joven, es un autentico martirio, pues siempre busca mujeres más jovenes que Ottilie. Una noche en un baile de alta sociedad, Ottilie reconoce en el extranjero rico a Fritz. Tanto ha cambiado, pero ella está embarazada y no puede dejar a su esposa. Ambos recuerdan aquel día de mayo y ella se marcha dejando desolado a Fritz. Ahora han pasado 30 años, Fritz ha vuelto a ascender, el emperador le ha nombrado Consejero de comercio, y le ha otorgado el “von”, a su apellido. Sin embargo el marido de Ottilie, los ha llevado a la ruina, y la abandonó. Lo único positivo de ese matrimonio ha sido su hija, Vera, de la cual Heinrich, el hijo de Fritz está enamorado. Pero ella le ignora, incluso a la propuesta de matrimonio porque está enamorada de Arthur Müller, el ingeniero jefe de la fábrica de Fritz. Ottilie le implora su amigo de la infancia, de que su hijo deje de pretender a su hija Vera. Fritz se entristece, ve como la historia vuelve a repetirse de nuevo. Y recuerda aquello que sucedió un día de mayo... En el último cuadro nos encontramos en un día de mayo de 1930, en un estudio cinematográfico de la UFA. Fritz y Ottilie hace tiempo que han muerto. La historia de Fritz von Jüteborg, será llevada al cine, bajo los recuerdos de Methusalen, el viejo que ya va por su cuarta mujer y que fue testigo de todos los hechos, amigo de ambos. Así el joven Fred encarna a su abuelo y conoce a la joven Tilly Müller (que no es otra que la nieta de Ottilie), quien audiciona para el papel, y a quien nuestro joven galán no duda en arrancar de los brazos del director Radansky (pariente lejano de Cicero). Ambos enamorados, descubren la historia de sus abuelos, y se declaran su amor en un día de mayo, pues ellos si que pueden hacer realidad todo lo que no fue posible. Todo el cast acaba cantando al corazón de Berlín, a Unter den Linden, que ha sido el testigo de esta fabulosa historia...
Las versiones que os presento son las dos únicas que están editadas. Por un lado la versión más cercana a la 1913, que es de la RCA de 1968, y por otra la de 8 cuadros de 1943 que es en la versión que edito el sello EMI, con el trabajo de René Kollo como Fritz y Peter Falk a la batuta. Los repartos son los siguientes:
WALTER & WILLY KOLLO
WIE EINST IM MAI
Ottilie: Angela Müthel
Mechthilde: Iska Geri
Fritz Jüterborg: Wolfgang Ziffer
Ernst Cicero von Henkeshoven: Volker Brandt
Stanislaus von Methusalem: Harry Wüstenhagen
Theater des Westens Berlin
Wolfgang Peters
RCA LP 1968
WALTER & WILLY KOLLO
WIE EINST IM MAI
Ottilie: Marianne Larsen
Mechthilde: Gisela Ehrensperger
Fritz Jüterborg: René Kollo
Ernst Cicero von Henkeshoven: Michael Lerchenberg
Stanislaus von Methusalem: Gunter Sonneson
Rundfunkorchester SWF Kaiserslauten
Peter Falk
1994
EMI CD: 5 55112 2
Espero que os guste y os espero en otra nueva entrada de mi blog...
1 comentario:
Muchas gracias, Arsace, y mucho, mucho ánimo.
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