lunes, 14 de diciembre de 2009

Mea Culpa. Hacia la ópera postmoderna...

Escribiendo un paper sobre Ch. Schlingensief para un congreso sobre performance, me he topado con una de las últimas y más interesantes óperas que se han estrenado MEA CULPA. Lo primero que he hecho ha sido parar mi investigación y pedir el DVD a Austria. Su autor es para muchos el mismísimo Demonio: Christoph Schlingensief. Es el Theatercollage-macher (sería un error llamarlo regisseur) más importante del siglo XX. Autor de performances tan bestias como: Ausländer Raus (un brutal gran hermano con inmigrantes para putear a Haider) o Totet Helmuth Kohl!!! (Matad a Helmuth Kohl!). Es un habitual del Volkstheater de Berlín y en el mundo de la ópera es hiper conocido por su montaje de Parsifal en Bayreuth, que se saldó con numerosas denuncias con Endrik Wottrich, abucheos del público y hasta un Rally Wagneriano promovido por él. Ahora trabaja en la construcción de un Festspielhaus en Camerún.
“Mea Culpa”, significativamente subtitula su obra “ready made oper” es decir una especie de ópera de àsticcio, con parte de la música escrita por su colaborador Arno Washk y variados fragmentos arreglados de compositores como Bach, Grieg, Wagner, Schubert, Schumann y también Kálmán, Leonard Cohen, etc. En la parte conceptual el autor recurre al apoyo de personajes ilustres del pasado y del presente, de Goethe a Nietzsche y del filósofo danés del siglo XIX Sören Kierkegard, mi querida Premio Nobel de Literatura austríaca, Elfriede Jellinek.
“Mea culpa” es al mismo tiempo una especie de confesión personal y de recreación del más universal e inquietante de los temas posibles: la muerte. En su nota de presentación de la obra en el programa. Schliengensief contaba al mundo que hace unos meses se enteró que tenía cáncer. Sin embargo, declaró que se sentía relativamente bien y seguió trabajando. La crítica lo censuró por la “frivolidad” de utilizar el presunto anuncio de su futura muerte como un pretexto para auto-publicitarse, y eso lo llevó a escribir la obra. Su objetivo: romper un tabú superado. Y lo consiguió doblemente, hacer esta gran obra de análisis y cinismo social, y vencer a su cancer de pulmón, apareciendo victorioso en Mayo de este año con esta obra en el Burg Theater de Viena.
La presentación del tema sin duda es curiosa. Comienza la acción en una clínica en la que presuntamente se ha descubierto la inmortalidad, pero que en realidad falsea sus pobres resultados en la lucha contra la muerte. Luego la acción se traslada a Africa (sin definición precisa del lugar) donde se abre un centro de Festivales destinado a eclipsar a Bayreuth. Allí, después de mucha actividad febril, más o menos carente de sentido el autor-protagonista, estimulado por la “Muerte de amor” de Isolda de Wagner descubre que no existe un mejor remedio para los males de este mundo que la muerte.
La acción no se detiene ni un momento. Las canciones suceden a sentenciosos y voluptuosos parlamentos, la escena giratoria iluminada por luces nerviosas y por momentos alucinantes da vueltas sin cesar, los actores y actrices se alternan con cantantes y bailarinas. El espectador es sorprendido una y otra vez por los vertiginosos cambios escénicos. Sin embargo, queda la sensación de que toda la agitación, incluyendo los discursos de los numerosos actores y actrices, son más recursos efectistas que reflexión genuina. El final wagneriano a cargo de una actriz, mala cantante, es una especie de reconocimiento de pobreza de toda esta abundancia.
Un clarísimo ejemplo de teatro postdramático y de ópera post dramática. La ópera no está muerta, sino que sigue gracias a gente como Schlingensief, y en todas las funciones se colgó el cartel de: NO HAY ENTRADAS.
Estoy deseando que llegue el DVD ya, para verla... Debe ser la leche. Hasta ahora solo me he podido quedar en lo que viene en su web y en alguno de los videos que hay colgados.
Os dejo la web con todos los datos del proyecto:
http://www.mea-culpa.at/
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