lunes, 14 de diciembre de 2009

Mea Culpa. Hacia la ópera postmoderna...

Escribiendo un paper sobre Ch. Schlingensief para un congreso sobre performance, me he topado con una de las últimas y más interesantes óperas que se han estrenado MEA CULPA. Lo primero que he hecho ha sido parar mi investigación y pedir el DVD a Austria. Su autor es para muchos el mismísimo Demonio: Christoph Schlingensief. Es el Theatercollage-macher (sería un error llamarlo regisseur) más importante del siglo XX. Autor de performances tan bestias como: Ausländer Raus (un brutal gran hermano con inmigrantes para putear a Haider) o Totet Helmuth Kohl!!! (Matad a Helmuth Kohl!). Es un habitual del Volkstheater de Berlín y en el mundo de la ópera es hiper conocido por su montaje de Parsifal en Bayreuth, que se saldó con numerosas denuncias con Endrik Wottrich, abucheos del público y hasta un Rally Wagneriano promovido por él. Ahora trabaja en la construcción de un Festspielhaus en Camerún.
“Mea Culpa”, significativamente subtitula su obra “ready made oper” es decir una especie de ópera de àsticcio, con parte de la música escrita por su colaborador Arno Washk y variados fragmentos arreglados de compositores como Bach, Grieg, Wagner, Schubert, Schumann y también Kálmán, Leonard Cohen, etc. En la parte conceptual el autor recurre al apoyo de personajes ilustres del pasado y del presente, de Goethe a Nietzsche y del filósofo danés del siglo XIX Sören Kierkegard, mi querida Premio Nobel de Literatura austríaca, Elfriede Jellinek.
“Mea culpa” es al mismo tiempo una especie de confesión personal y de recreación del más universal e inquietante de los temas posibles: la muerte. En su nota de presentación de la obra en el programa. Schliengensief contaba al mundo que hace unos meses se enteró que tenía cáncer. Sin embargo, declaró que se sentía relativamente bien y seguió trabajando. La crítica lo censuró por la “frivolidad” de utilizar el presunto anuncio de su futura muerte como un pretexto para auto-publicitarse, y eso lo llevó a escribir la obra. Su objetivo: romper un tabú superado. Y lo consiguió doblemente, hacer esta gran obra de análisis y cinismo social, y vencer a su cancer de pulmón, apareciendo victorioso en Mayo de este año con esta obra en el Burg Theater de Viena.
La presentación del tema sin duda es curiosa. Comienza la acción en una clínica en la que presuntamente se ha descubierto la inmortalidad, pero que en realidad falsea sus pobres resultados en la lucha contra la muerte. Luego la acción se traslada a Africa (sin definición precisa del lugar) donde se abre un centro de Festivales destinado a eclipsar a Bayreuth. Allí, después de mucha actividad febril, más o menos carente de sentido el autor-protagonista, estimulado por la “Muerte de amor” de Isolda de Wagner descubre que no existe un mejor remedio para los males de este mundo que la muerte.
La acción no se detiene ni un momento. Las canciones suceden a sentenciosos y voluptuosos parlamentos, la escena giratoria iluminada por luces nerviosas y por momentos alucinantes da vueltas sin cesar, los actores y actrices se alternan con cantantes y bailarinas. El espectador es sorprendido una y otra vez por los vertiginosos cambios escénicos. Sin embargo, queda la sensación de que toda la agitación, incluyendo los discursos de los numerosos actores y actrices, son más recursos efectistas que reflexión genuina. El final wagneriano a cargo de una actriz, mala cantante, es una especie de reconocimiento de pobreza de toda esta abundancia.
Un clarísimo ejemplo de teatro postdramático y de ópera post dramática. La ópera no está muerta, sino que sigue gracias a gente como Schlingensief, y en todas las funciones se colgó el cartel de: NO HAY ENTRADAS.
Estoy deseando que llegue el DVD ya, para verla... Debe ser la leche. Hasta ahora solo me he podido quedar en lo que viene en su web y en alguno de los videos que hay colgados.
Os dejo la web con todos los datos del proyecto:
http://www.mea-culpa.at/
Imagen Imagen Imagen Imagen

viernes, 21 de agosto de 2009

Es war ein mal (3): Wie einst im Mai



Queridos lectores,

Tras unos días de relax, fiesta y algunas cosas más, pues pongo una nueva entrada en mi blog. Así que hoy os voy a contar otra de esas historias de “Es war einmal”, que tienen tanto encanto, porque nos llevan a un mundo maravilloso y mágico, a un Berlín de ensueño con una historia que transcurre durante 75 años, bastante triste aunque con un final feliz intergeneracional (si, se que esto suena horrible, a clase de algo de ciencias sociales barato, pero...). El nombre de esta opereta es “Wie einst ein Mai” (Como una vez en mayo) y pertenece al subgénero de los amores despechados y los reencuentros a lo largo de los años. Otra opereta con una trama muy similar a esta pero más vienesa es Drei Walzer (1929) de Oscar Strauss, en las que las tres generaciones de artistas rechazan a Octavio y sus descendientes, hasta que sus nietos se reencuentran en un estudio de Los Angeles en 1928. Auténticamente una delicia, aunque os la presentaré otro día.

La que hoy nos ocupa fue escrita Rudolf Bernauer y Rudolph Schanzer, tiene música de Walter y Willy Kollo, puesto que escucharemos la revisión estrenada treinta años después de su estreno en 1913 en Berlín. Un Kollo más estará presente, puesto que escucharemos al nieto e hijo Rene, cantando el papel de Fritz. El estilo de esta obra es jazzistico y cabaretístico 100%, pues Willy se encargó de transformar algunas melodías de su padre para la moda de los cuarenta, con la ayuda de Walter Lieck, buscando ese toque que solo un berlinés puede ser capaz de dar. La obra es rica en valses, slowfoxs, couplets, marsch, etc. Vamos lo típico. Y es que esta opereta fue considerada mucho más grosera e irreverente, que las de Lehar que tanto excitaban al führer, aunque sus libretos estuviesen escritos por alguien, a quien no dudaron en mandarlo a Büchenwald. Entre sus schlagers destacan, el dúo del reencuentro: “Das war in Schöneberg, im Monat Mai”; el alegre “Wir fahren mit der Eisenbahn”, o el punto final de la opereta y el progreso de la ciudad: Untern Linden, Untern Linden. Esta es la muestra de que la opereta no es solamente vienesa... Esta opereta como la mayoría tuvo un devenir incierto, después de la premiere 1913, esperaría treinta años hasta que Willy Kollo haría una nueva versión en 8 cuadros y añadiendo música nueva, estrenando en el Grosses Schauspielhaus de Berlin, en 1943. Desde entonces cayó casi en el olvido siendo recuperada en una nueva edición primero en 1994 por René Kollo y en 2005 en Berlín.

La historia es una autentico culebrón, pero de una modernidad dramatúrgica increíble, es casi una película, sobre todo por el manejo del tiempo, que cualquiera de los que escribimos obras dramáticas, sabemos lo complicadísimo que es. Pues bien Bernauer y Schanzer son capaces de otorgar un ritmo bastante bueno, en saltos de 20, 30 y 25 años, lo que hace que los saltos no sean vacíos y sobre todo logran hilar la historia de Fritz y Ottilie a la perfección. El final es una anticipación a toda una tendencia posterior de finales melancólicos, que intentan ahuyentar aquello de que todo lo pasado fue mejor…

Nuestra historia comienza en el Berlin de 1838, en el que acaba de llegar el primer ferrocarril. Allí un joven aprendiz de mecánico Fritz Jüterbog (tenor), está enamorado de la joven, guapa y rica Ottilie von Henkeshoven (soprano), hija de su jefe, el principal inversor de los ferrocarriles alemanes. La joven le corresponde, pero la familia se opone. Fritz decide hacerse respetable, y decide marchar a America, no sin antes declararle en Schöneberg su amor a Ottilie en un bello día de Mayo. Han pasado veinte años, estamos en 1858 otra vez en Berlín. Fritz ha hecho mucho dinero en America y ahora es un hombre rico, y vuelve con la esperanza de encontrarse con ella. Sin embargo Ottilie se ha casado con su primo Baron Ernst Cicero von Henkeshoven, pues su familia había perdido todo su dinero y necesitaban afrontar las deudas. Pero en vez de una feliz experiencia para la joven, es un autentico martirio, pues siempre busca mujeres más jovenes que Ottilie. Una noche en un baile de alta sociedad, Ottilie reconoce en el extranjero rico a Fritz. Tanto ha cambiado, pero ella está embarazada y no puede dejar a su esposa. Ambos recuerdan aquel día de mayo y ella se marcha dejando desolado a Fritz. Ahora han pasado 30 años, Fritz ha vuelto a ascender, el emperador le ha nombrado Consejero de comercio, y le ha otorgado el “von”, a su apellido. Sin embargo el marido de Ottilie, los ha llevado a la ruina, y la abandonó. Lo único positivo de ese matrimonio ha sido su hija, Vera, de la cual Heinrich, el hijo de Fritz está enamorado. Pero ella le ignora, incluso a la propuesta de matrimonio porque está enamorada de Arthur Müller, el ingeniero jefe de la fábrica de Fritz. Ottilie le implora su amigo de la infancia, de que su hijo deje de pretender a su hija Vera. Fritz se entristece, ve como la historia vuelve a repetirse de nuevo. Y recuerda aquello que sucedió un día de mayo... En el último cuadro nos encontramos en un día de mayo de 1930, en un estudio cinematográfico de la UFA. Fritz y Ottilie hace tiempo que han muerto. La historia de Fritz von Jüteborg, será llevada al cine, bajo los recuerdos de Methusalen, el viejo que ya va por su cuarta mujer y que fue testigo de todos los hechos, amigo de ambos. Así el joven Fred encarna a su abuelo y conoce a la joven Tilly Müller (que no es otra que la nieta de Ottilie), quien audiciona para el papel, y a quien nuestro joven galán no duda en arrancar de los brazos del director Radansky (pariente lejano de Cicero). Ambos enamorados, descubren la historia de sus abuelos, y se declaran su amor en un día de mayo, pues ellos si que pueden hacer realidad todo lo que no fue posible. Todo el cast acaba cantando al corazón de Berlín, a Unter den Linden, que ha sido el testigo de esta fabulosa historia...

Las versiones que os presento son las dos únicas que están editadas. Por un lado la versión más cercana a la 1913, que es de la RCA de 1968, y por otra la de 8 cuadros de 1943 que es en la versión que edito el sello EMI, con el trabajo de René Kollo como Fritz y Peter Falk a la batuta. Los repartos son los siguientes:


WALTER & WILLY KOLLO

WIE EINST IM MAI

Ottilie: Angela Müthel
Mechthilde: Iska Geri
Fritz Jüterborg: Wolfgang Ziffer
Ernst Cicero von Henkeshoven: Volker Brandt
Stanislaus von Methusalem: Harry Wüstenhagen

Theater des Westens Berlin
Wolfgang Peters

RCA LP 1968



WALTER & WILLY KOLLO

WIE EINST IM MAI

Ottilie: Marianne Larsen
Mechthilde: Gisela Ehrensperger
Fritz Jüterborg: René Kollo
Ernst Cicero von Henkeshoven: Michael Lerchenberg
Stanislaus von Methusalem: Gunter Sonneson

Rundfunkorchester SWF Kaiserslauten
Peter Falk

1994
EMI CD: 5 55112 2



Espero que os guste y os espero en otra nueva entrada de mi blog...

sábado, 8 de agosto de 2009

Es war einmal (2): AMALIA BATISTA

Queridos lectores, hoy os traigo una joya musical dentro de los posts es war ein mal. Se trata de la zarzuela Amalia Batista con música de Rodrigo Prats. Os dejo un post completito para que la conozcais y que ya fue publicado en la tertulia del Foyer. También os dejo la única grabación que hay. Espero que lo disfruteis y que descubrais las maravillas de esta obra...

AMALIA BATISTA
Sainete lírico en dos actos y siete cuadros.

Música de Rodrigo Prats.
Libreto de Agustín Rodríguez.
Estrenada el 21 de agosto de 1936 en el teatro Martí de La Habana

Imagen


REPARTO

Amalia Batista, una mulata de La Habana (soprano)
D. Alberto, un rico caballero y amante de Amalia (actor)
Carmita, hija de D. Alberto (soprano)
La Tía de Carmita (actriz)
Julio Álvarez, un estudiante. Amante de Amalia y novio de Carmita (tenor)
Monguito Careta, antiguo criado de Amalia (tenor cómico)
Papito, antiguo amante de Amalia (actor)
Camelia, una vieja (actriz)
Estrella, una amiga de Amalia (soprano)

COMENTARIO

Amalia Batista, Amalia Mayombe, ¿Qué tiene esa prieta que amarra a los hombres?
(Acto I, Escena I)

Como un leitmotiv incansable en la obra, ese estribillo sonó por primera vez el 21 de agosto de 1936 tuvo lugar en el teatro Martí, de La Habana, el estreno de uno de los títulos capitales de la zarzuela cubana: Amalia Batista, con libreto de Agustín Rodríguez y música del compositor y director de orquesta Rodrigo Prats (1909-1980), quien al lado de Ernesto Lecuona y Gonzalo Roig integra la trilogía de los grandes maestros de la lírica cubano. La soprano Maruja González y el tenor Miguel de Grande asumieron los roles protagónicos de la mencionada obra en la noche de su primera representación escénica, la cual significó la culminación de la larga temporada de teatro lírico nacional iniciada en el Martí a principios de 1932 por la empresa de Manuel Suárez y Agustín Rodríguez, con Roig y Prats en calidad de maestros directores y concertadores.

La obra tenía una imbricación social, como otras del género, volviendo al mito de la mulata y sobre todo al mito de la "mayombera". Esto se lanzaba como producto del oscurantismo que durante décadas existió en Cuba y permitiera hablar acerca del "amarre" que mediante brebajes de ciertas hierbas hacían las "mayomberas" a algunos hombres para mantenerlos a su lado. Los autores con el fin de ganarse a sus contemporaneos -y siendo conscientes de que podía ser muy peligroso, porque el público siempre puede reaccionar mal- ubicaron en la tercera década del siglo XX, en la "Belle Epoque" cubana al personaje de la sensual Amalia Batista, en cuya voz pusieron la siguiente afirmación: "no es posible que en detalle,/ recuerde cuántos me amaron/ después que se abre una calle/ quién cuenta los que pasaron…". Amalia Batista se basa en la común historia de la mulata mantenida por hombres ricos que se la disputan y se ven despreciados por ella tan pronto ve saciarse sus deseos y aparece en su vida un nuevo interés carnal. Como hemos dicho uno de los pilares de base de la zarzuela cubana como bien muestra Susan Thomas en "Cuban Zarzuela: Performing Race and Gender on Havana's Lyric Stage‎".

Musicalmente la obra no adolece y su discurso es sensual e interesante, en la línea de la Zarzuela grande española. Si bien en "Cecilia Valdés" había un cambio de estilos por los mestizajes y las clases sociales, en "Amalia Batista" hay más uniformidad en toda la partitura, pues no hay clases, todos los personajes son burgueses cubanos. Lo afro-cubano y el "Art-Decó" musical unido al preciosísmo del maestro Prats, hacen gala en toda la zarzuela. Un corto preludio coronado con un "danzón" nos abre el terciopelo para meternos en una fiesta de "la gente bien" de la Habana, y propiciar la sensual "salida" de "Amalia Batista" con coro, a la más pura estética Lehariana, pero con un toquecito cubano. Un aria de salida, para lucirse y mostrar toda su erótica. La romanza de Julio, posee dos partes, la primera zarzuelística clásica, pero en la segunda se entrega a los ritmos y las melodias cubanas, especialmente el leitmotiv, que antes mecionamos. En el duo que cierra el primer acto, también encontramos el toque europeo meloso con un contrapunto de habanera, hasta que para finalizar ataca el ritmo del danzón. En él podemos ver la maduración de "Amalia Batista" frente a su comportamiento frivolo. El "intermezzo", el coro -que es el encargado de ejecutar este número- nos lo presentan como una canción para recordar la fama de Amalia, pero desde la lejanía, como un recuerdo, y el inicio de su tragedia... La romanza de nuestra protagonista, posee gran dramatismo, recordando todo, y sobre todo reconociendo su derrota ante Julio. El lirisimo se entremezcla con el leitmotiv y crea quizás el mejor momento de la obra, aqui la protagonista despliega todo su sentimiento y toda su autentica personalidad. La canción de "Monguito" -antiguo criado de Amalia, churrero en ese número y criado que le cerrará el paso a Amalia en la escena final-, es el típico número para un cómico, en un número que rebosa de "negrura" y "frescura". Es el punto cómico al drama de Amalia. El penúltimo número es la romanza de "Carmita", una dulce romanza para soprano "ingenua", en la que si bien no demuestra nada, ataca un vals cubanizado, enseña típica otrora de la intevención de las "soubrettes". El número final se inicia con la exposición del estribillo en forma menor, y la intevención desgarrada e nuestra protagonista, y un eco en la lejanía que recuerda la historia de "Amalia Batista", recordando las palabras de D. Alberto: "Que quizás todo esto ha sido una venganza del destino, por lo mal que se portó con todos anteriormente".

Los autores de Amalia Batista dedicaron la obra a Rita Montaner, se inspiraron en la tipología lírica de la famosa cantante y actriz cubana que, sin embargo, no llegó a estrenarla. Y aqui es donde entramos en las vicisitudes del estreno.

Al respecto relataría Rodrigo Prats:

«Cuando en el mes de abril de 1935 Rita está haciendo María la O, le expliqué mi proyecto de dedicarle un sainete que tendría por título Amalia Batista […] basado en la leyenda de una mulata que así se llamó y por su belleza fue famosa en La Habana a finales del siglo XIX y principios del actual (XX). Comenzamos los trabajos, pero entonces tuvo un disgusto con Agustín Rodríguez […] y ese disgusto terminó con su ida de la Compañía, lo cual fue un momento muy desalentador para mí, pues Amalia Batista se quedaba en un proyecto. Un tanto olvidadas las dificultades anteriores entre ella y Agustín Rodríguez, Rita aceptó estrenar Amalia Batista a finales de agosto del treinta y seis […]. Bueno, empezamos los ensayos, pero en medio de uno tuvo otro disgusto con Agustín.

De nuevo se enfrentaron dos leones, dos caracteres muy fuertes.Yo no estaba presente al comenzar la discusión, pero, por lo que me contaron, las frases que se lanzaron son irreproducibles.A mí me dijo: Rodrigo, lo siento por ti: Mientras ese mandamás dirija no hago la “Amalia”.»

Como consecuencia directa de esto, Rita se fue otra vez del Martí, con la diferencia de que ahora estaban a una semana del estreno de la obra y hasta la última localidad del teatro se había vendido al publicarse en la prensa que ella iba a interpretarla junto con el tenor Miguel de Grandy y el veterano actor Regino López. Aquellos fueron unos días muy desagradables -según relata el Mtro. Prats- al verse obligado a trabajar de inmediato en los cambios que traía el empleo de otra cantante. Y aquí surgió el problema más serio, porque las sopranos que mejor la hubieran podido sustituir tenían contratos ineludibles o se encontraban fuera de Cuba.

Por suerte, Maruja González regresó a La Habana, luego de una triunfal temporada en Madrid, y en cuestión de tres días se aprendió Amalia Batista, con lo que lograron llevarla a la escena, como estaba anunciado, el 21 de agosto. No sería hasta cuatro años más tarde que la Montaner protagonizó, en una sola oportunidad, el sainete Amalia Batista, lo cual sucedió el 9 de agosto de 1940 en el teatro Nacional.

En torno a su actuación subrayó Prats: "Si quiero destacar que con su única interpretación en el Teatro Nacional los autores pudimos ver la Amalia Batista tal y como la concebimos al escribirla mucho antes".

Según la gente que estaba presente fue todo un acontecimiento poder escucharla en sus maravillosas Romanza y Salida de Amalia Batista, en la cual yo intenté reflejar, al máximo, la arrolladora personalidad de Rita Montaner. Al valorar la calidad de distintas protagonistas de Amalia Batista puedo decir, con absoluta seguridad, que muchas la hicieron bien, como Maruja González, Hortensia Coalla y Luisa María Morales. Sin embargo, siempre faltaba algo.

Cuando se imponía la voz, faltaba el temperamento requerido para el personaje. Y Rita supo conjugar ambas cosas e interpretó una Amalia Batista insuperable, sobre todo esas frases de su salida:

"Los hombres me ven y lloran/ por ser esclavos del amor que miento/ y suelen así exclamar:/ Amalia, me muero por ti.Ah…/ Amalia Batista, sí/ Amalia Batista, no/ Amalia Batista tiene/ de la canela la flor…".

Amalia Batista, la máxima creación lírica de Rodrigo Prats, fue representada muchas veces en tiempos de vida de su autor. En 1952 la refundió en un solo acto y en 1979, estrenó otra versión con la que le otorgó la categoría de zarzuela.


EL AUTOR

Rodrigo Ricardo Prats Llorens nació en nuestra ciudad el 7 de febrero de 1907, su familia gozaba una de alta cultura musical, sobre todo por su padre el Maestro Jaime Prats Estrada, entre partituras, notas musicales, canciones e instrumentos como el violín y el piano creció Rodrigo, quien tempranamente comienza sus estudios musicales con su padre. Poco después la familia se traslada a la capital donde cursa estudios musicales más exigentes, su disposición para el violín y el piano afloraron rápidamente, pero sin dudas fue la composición lo que marcó su talento desde temprano pues con sólo 13 años escribe su primera composición: el capricho cubano "Bajo las palmas", luego nace la que fuera una de sus obras más conocidas "Una Rosa de Francia". Su carrera fue muy fértil y variada, cerca de quinientas piezas de todos los géneros de la música cubana: danzones, pregones, boleros, guarachas, la canción, himnos, misas; pero su aporte fundamental al repertorio cubano fue al teatro lírico con imprescindibles zarzuelas y sainetes líricos donde sobresalen las zarzuelas "Amalia Batista" -que hoy nos ocupa-, "María Belén Chacón" y "Soledad". A su pueblo natal dedicó "Sagua la Grande" y "La villa del Undoso" ambas de gran halo lírico.

Paralelamente a su actividad como compositor fue instrumentista del violín y el piano, con apenas 13 años integró la Cuban Jazz Band dirigida por su padre desde 1922. También escribió y dirigió múltiples espectáculos en el teatro musical en las más importantes escenarios habaneros junto al libretista Agustín Rodríguez y acompañó como director de orquestas a afamadas voces como Rita Montaner, Rosa Fornés, Ester Borja y el mexicano Jorge Negrete.
El Maestro Prats junto a Ernesto Lecuona y Gonzalo Roig constituyen la trilogía más importante de músicos cubanos contemporáneos del siglo XX. Al morir en septiembre del año 1980 dejó una pieza inconclusa: el danzón "Yo soy así", quizás una obra autobiográfica que se une al legado musical de este grande de la música cubana.


ARGUMENTO

La acción transcurre en La Habana, en los años 20.


Acto I

En la casa de Amalia Batista, mulata célebre entre los hombres, se celebra su 38 cumpleaños y muchos son los invitados y amigos que van a una fiesta pagada por Don Alberto, hombre viejo y rico que ha buscado en Amalia una compañía para su soledad. Con ánimo de conquistar a tan codiciada mujer, llega a la fiesta el joven Julio, quien es advertido por Papito que tenga cuidado porque Amalia es una mujer fatal. Cuando Amalia hace su entrada en el salón Julio le confiesa la enorme atracción que siente por ella, a lo que la mujer, aunque discreta, le hace entender que ha resultado de su agrado. Al llegar Alberto, y luego de comentarle a su amigo Papito que él no ama a Amalia sino que solamente se siente bien a su lado y que le resulta una buena compañía, repara en la actitud de cortejo que tiene Julio con Amalia. Esta, cada vez más trastornada por las motivaciones que le provoca el joven, es llevada por su amiga Camelia a otra habitación, aprovechando Julio para manifestarle a Alberto su propósito de conquistar a Amalia. Alberto le advierte que aquella no es mujer para él, y le aclara que no va a luchar por ella, marchándose de la casa. Al regresar Amalia al salón, busca a Alberto y al no verlo, se dirige a Julio, quien la está esperando ansioso. El joven insiste en declararle su pasión y Amalia le cuenta su vida, advirtiéndole de su fama de matar a los hombres. Julio le asegura que él no conoce el miedo y que está feliz si ella le acepta, a lo que Amalia responde que sí. Han pasado los días, y Alberto, que ya no sale de noche de su casa y está más dedicado a su familia conversa con su hija Carmita y le hace ver que es hora de que piense en encontrar un joven decente y trabajador. La conversación se ve interrumpida por la visita de Papito, a quien Alberto comenta que Amalia se ha encaprichado con Julio, y Papito le hace notar que Amalia sigue significando algo para él. Alberto le confiesa que puede ser. Mientras tanto, en casa de Amalia todos los empleados y amigos de la mujer han sido despedidos por Julio, que la quiere sólo para él. La mujer se queja de que cada vez sale menos, y que con él aprendió a querer y a sufrir, y a comprender que el amor es triste.


Acto II

ESCENA 1
Ha transcurrido un año y es nuevamente el cumpleaños de Amalia. Aislada por Julio de los viejos amigos, sólo recibe la visita de su amiga Camelia quien le aconseja que deje a Julio, pues éste no le conviene e, inclusive, está teniendo relaciones con la hija de Alberto, con quien se piensa casar. Amalia se resiste a creerlo, ya que ella se ha convertido en una mujer virtuosa y Julio la quiere. Camelia le hace ver que ya ella no es una mujer joven ni tan atractiva y Amalia, fuera de sí, la echa de la casa. Cuando llega Julio, Amalia le pregunta sobre su nueva relación amorosa. Julio lo niega todo y se va.

ESCENA 2
Por su parte, Alberto está en un café, y al encontrarse con Careta, éste le comenta que Julio se está regenerando, y que cuando termine la Universidad va a concluir definitivamente las relaciones con Amalia para casarse con una muchacha de muy buena familia. Al marcharse Alberto, llegan al poco tiempo Carmita y su tía y se acercan a Careta para preguntar por Julio. Al mismo tiempo, ha llegado al lugar Amalia Batista, que ha estado escuchando. Por su parte, Carmita invita a Careta y a su tía que vayan entrando al cine, que ella se va a quedar esperando por Julio que ya debe estar al llegar. Al irse Mariana y Careta, Amalia sale abruptamente a enfrentarse con Carmita descubriéndole los amores que existen entre Julio y ella. Al marcharse Amalia, llega Julio y Carmita le cuenta que Amalia le ha dicho toda la verdad, y no confía más en su amor. Julio le confiesa que él la adora y que esa noche irá a su casa a hablar con su padre para formalizar el compromiso y la boda. Finalmente, la muchacha cede, y Julio le pide que olvide a esa mujer como él ya la olvidó.

ESCENA 3
Al llegar la noche, Don Alberto, espera ansioso la llegada del joven que pretende casarse con su hija. Al ver que es Julio, Alberto le pide a su hija que los deje solos, y en conversación privada y franca indaga acerca de las verdaderas intenciones de Julio, quien le asegura que él ama mucho a su hija y que ella le corresponde. Alberto le pregunta sobre sus relaciones con Amalia, y él le confiesa sinceramente que eso terminó para siempre. Alberto le cree, y le dice que de su parte no hay rencor, concediéndole la mano de su hija, pero le pide que nunca le diga a ella sobre su relación con Amalia. Julio se lo promete y se va contento a encontrarse con Carmita. Mientras tanto, el criado de la casa trata de no dejar pasar a Amalia Batista, que logra traspasar el umbral de la puerta y se encuentra con Alberto, haciéndole ver que no debe dejar casar a su hija con Julio, quien es un canalla que le ha roto su vida. Alberto le cuestiona y le dice que cuántas vidas no ha roto ella. Que si la vida es cruel ahora con ella, tal vez sea en pago porque anteriormente ella ha sido cruel con los demás. A lo lejos, se ven pasar felices a Julio y Carmita, y Amalia trata de ir al encuentro de ellos, pero Alberto se lo impide y le pregunta que dónde está aquella mujer que ayer se reía del amor. Ella le contesta que es Amalia Batista y que se muere por ese hombre. Finalmente, cae llorando en los brazos de Alberto, que le recibe conmovido.

NÚMEROS MUSICALES

PRELUDIO Y DANZÓN

ACTO I
Nº1. Salida de Amalia Batista: "A mi me dicen mayomba"
Nº2. Romanza de Julio y coro : "Yo no quiero más nunca volver, a escuchar esa murmuración"
Nº3. Duo de Amalia y Julio: "Amor es lo que tu sientes"

Nº4. INTERMEZZO: "Amalia Batista, Amalia mayombe, ¿qué tiene esa negra que amarra a los hombres?

ACTO II
Nº5. Romanza de Amalia: "De brava y de lista, ya no haces alarde, Amalia Batista, te has vuelto cobarde"
Nº6. Canción de "Monguito": "Churritos... sabrosa verdad"
Nº7. Romanza de Carmita: "Como un rayo de sol en mis tinieblas"
Nº8. FINAL

Y aqui la grabación


Imagen
AMALIA BATISTA
Zarzuela cubana: Autor Rodrigo Prats
Blanca Varela.............Amalia Batista
Armando Pico............Julio Alvarez
Berta Sandoval.......Carmita
Ramón Veloz........Monguito
Anibal de Mar...............Chao
Conchita Garcia........Estrella

Coro dirigido por David Rendón
Orquesta C.M.Q. bajo la dirección del maestro Gonzalo Roig
1961

miércoles, 5 de agosto de 2009

Waltraud Meier cautiva Sevilla...

Pocos cantantes al día de hoy pueden hacer lo que Waltraud Meier, llenar un teatro en pleno mes de Agosto en Sevilla. A priori el reclamo era el East West Diwan, pero el 80% venía a verla a ella. Y encima fue capaz deslumbrar, y poner en pie al público, desatando desaforados bravos a sus 53 años en un papel tan dificilísimo como Fidelio, tras una carrera exclusivamente wagneriana y de más de 33 años de duración –y lo que le queda-. Meier para mi es un referente en el canto, es quizás mi soprano favorita y no deja de sorprenderme. Lo que vivimos en Sevilla no tuvo precio, bueno si, uno simbólico, los 25 € que me costó mi entrada en lo más alto del Maestranza, más de 15' de aplausos y un teatro que se caía. Quizás lo único que eché de menos fue la escena, si hubiese tenido puesta en escena hubiese sido lo más de lo más, peeero…



Hay que decir que excepto el Florestan de Simon O’ Neill, todos los demás cumplieron de sobra. Este estuvo bastante irregular, a pesar de tener un buen centro, el agudo es estrangulado y nasal. Voz pequeña (lo podreis apreciar en la grabación que os ofrezco), mejor podría haber hecho Jacquino que Florestan. Y lo que más me fastidia es que Florestan se puede cantar lírico y matizado, como buen ejemplo de ello dio Klaus Florian Vogt en Los Angeles en 2008, sin hacer una tan pobre creación del personaje. La soprano Adriana Kucerova, cantó para mi gusto una insípida Marcelline, no hubo picardía, ni delicadeza, se limitó a cantar notas olvidándose de interpretar, de que existe el personaje. Bastante mejor su partenaire, Stephan Rügamer como Jacquino, gran tenor lírico con muchísimo gusto que interpretó un Jacquino sincero y tierno. Interesante la voz del joven Viktor Rud, miembro del opernstudio de la Staatsoper. Interesante a ratos el Pizarro de Peter Mattei, quien hizo un personaje a quien le faltó algo de volumen, pero que lo compensó con su presencia física.

Y llegamos a los dos triunfadores canoros de la noche Sir John Tomlinson y Waltraud Meier. El primero tiene tablas, dos años más de carrera que Meier y casi todo el repertorio a sus espaldas. Fabuloso Rocco, con una voz, que a pesar de los años era la que más sobresalía con Meier. Los graves eran cavernosos y la nobleza de su canto, magnífica y toda una lección de caracter. Es un gran actor y se noto. Me gustó bastante en su aria del primer acto y en los concertantes que tiene, donde se iba comiendo a todos menos a Meier.

Meier merece un punto y a parte. Es de las mejores sopranos de la actualidad, y te lo demuestra una vez tras otra. Poco importa que calase el si natural del aria, o que tuviese algún problema con otros agudos, porque fue empezar a cantar e imponerse, como siempre suele hacer ella. Fue la voz más grande y poderosa de la velada (otra vez os remito a la grabación que os ofrezco), muestra de ella está en el concertante del segundo acto donde su “zurück” (un humilde sol# 4), corta la respiración… Amen de su timbre calido y sensualísimo, y su musicalidad tan elegante, que hace delirar. Aparte del canto, esta mujer es una actriz poderosísima y fabulosa, la escena solo le pertenecía ella, dominaba y jugaba a su antojo. Vuelvo al cuarteto para enfatizar eso, que parecía que de verdad podría matar a Pizarro. En el final volvió a brillar, a pesar de las trabas que le iba poniendo O’ Neill. Ella fue FIDELIO/LEONORE sin duda. La bravee varias veces, y es que no se merece menos…

El Orfeón Donostiarra, estuvo un poco gritón, demasiado volumen que perjudicaba al balance general. No me gustaron del todo, yo hubiera reducido, para mi gusto 2 o 3 menos por cuerda hubiesen estado mejor y más compensando con el resto de lo que había en el escenario. La orquesta del Eas-West-Diwan, me sorprendió para bien. Y son todos gente joven, IMPRESIONANTE. Así tenían que sonar la mayoría de orquesta profesionales de nuestro país. Gran claridad instrumental, ausencia de pifias. Pero claro esto solo fue posible con la preparación del maestro Barenboim, gran profesional. Es la quinta o sexta vez que lo veo y no me decepciona, gran director. Es impresionante su uso de las dinámicas y de los tiempos, su enorme clarividencia poética a la hora de construir el discurso musical, y el cuidado de las voces en este repertorio, por eso digo que lo único que no me cuadraba era el volumen del coro. Aun así, la orquesta fue ACOJONANTE, nada que ver con la del Liceu o la del Real, para que veais lo que hace la funcionarización del músico…

Como curiosidad hay que destacar que se usó la obertura Leonore III, y se sustituyeron los diálogos por textos de Edward Said. En conclusión una gran velada gracias a Waltraud Meier, la diosa absoluta del repertorio alemán, que dios nos la guarde por muchos años más y por Barenboim, grandísimo maestro que hicieron que este peñazo Beethoveniano fuese entretenido e inolvidable.

L. van Beethoven
FIDELIO

Waltraud Meier (Fidelio/Leonore)
Simon O’Neill (Florestan)
Peter Mattei (Don Pizarro)
Sir John Tomlinson (Rocco)
Adriana Kucerova (Marcelline)
Stephan Rügamer (Jacquino)
Viktor Rud (D. Fernando)

Orfeón Donostiarra
Orquesta del East-West-Diwan

Dir: Daniel Barenboim.
4-8-2009
TEATRO DE LA MAESTRANZA (SEVILLA)


Record in house with MD.

A disfrutarlo!!!!

martes, 28 de julio de 2009

BAYREUTH 2009 (3): DER RING DES NIBELUNGEN

Queridos lectores,
Hoy (y los sucesivos dias) os traigo DER RING DES NIBELUNGEN '09 de Bayreuth. Espero que los disfruteis, iré colgando las jornadas en los días siguientes a la función. Así que para el dos de Agosto tendreis completo el Anillo de 2009, bastante interesante con un interesante reparto. Ya me direis que os parece. A disfrutarlo!!!!

Richard Wagner
DER RING DES NIBELUNGEN
Bühnenfestspiele im ein Vorabend und drei Tage

Dirigent Christian Thielemann
Inszenierung Tankred Dorst
Bühnenbild Frank Philipp Schlößmann
Kostüme Bernd Ernst Skodzig
Dramaturgie Norbert Abels

Imagen

Wotan Albert Dohmen
Donner Ralf Lukas
Froh Clemens Bieber
Loge Arnold Bezuyen
Fasolt Ain Anger
Fafner Hans-Peter König
Alberich Andrew Shore
Mime Wolfgang Schmidt
Fricka Michelle Breedt
Freia Edith Haller
Erda Christa Mayer
Woglinde Christiane Kohl
Wellgunde Ulrike Helzel
Flosshilde Simone Schröder
Siegmund Endrik Wottrich
Hunding Kwangchul Youn
Sieglinde Eva-Maria Westbroek
Brünnhilde Linda Watson
Fricka Michelle Breedt
Gerhilde Sonja Mühleck
Ortlinde Anna Gabler
Waltraute Martina Dike
Schwertleite Simone Schröder
Helmwige Edith Haller
Siegrune Wilke te Brummelstroete
Grimgerde Annette Küttenbaum
Rossweisse Alexandra Petersamer
Siegfried Christian Franz
Stimme des Waldvogels Christiane Kohl
Gunther Ralf Lukas
Hagen Hans-Peter König
Gutrune Edith Haller
Waltraute Christa Mayer
1. Norn Simone Schröder
2. Norn Martina Dike
3. Norn Edith Haller

DAS RHEINGOLD · Vorabend


http://rapidshare.com/files/260937872/01RING2009-DasRheingold.mp3
http://rapidshare.com/files/260937875/02RING2009-DasRheingold.mp3

DIE WALKÜRE · Erster Tag

http://rapidshare.com/files/261046725/03RING2009-Die_Walkuere1.mp3
http://rapidshare.com/files/261101643/04RING2009-Die_Walkuere2.mp3

SIEGFRIED · Erster Tag
http://rapidshare.com/files/262188177/06RING2009-Siegfried1.mp3
http://rapidshare.com/files/262218835/07RING2009-Siegfried2.mp3
http://rapidshare.com/files/262235134/08RING2009-Siegfried3.mp3

lunes, 27 de julio de 2009

BAYREUTH 2009 (2): DIE MEISTERSINGER



Queridos Amigos,

hoy toca mi Wagner favorito, Die Meistersinger von Nürnberg. Una gran función en Bayreuth, y como es tradición el público más conservador y rancio abuchea a la biznietísima, Katharina Wagner, el alma de esta función y hacedora de la mejor puesta en escena de esta ópera de los últimos 50 años, si exceptuamos la de Konwitschny para Hamburgo, y las de su tío Wieland en Bayreuth. Fabulosos Klaus Florian Vogt, Norberst Ernst, Adrian Eröd, Michaela Kaune y Markus Eiche. No tan fabuloso el Sachs de Titus, pero mejor que Hawlata. Weigle apoteósico, con una gran orquesta y un gran coro...

QUE LES DEN A LOS QUE ABUCHEAN, les queda muchos años de aguantar a Katharina, que esta es de por vida y solo tiene 31 años, jajajajaa....


Richard Wagner
Die Meistersinger von Nürnberg
Besetzung 2009



Musikalische Leitung Sebastian Weigle
Regie Katharina Wagner
Bühnenbild Tilo Steffens
Kostüme Michaela Barth
Tilo Steffens
Chorleitung Eberhard Friedrich

Hans Sachs, Schuster Alan Titus
Veit Pogner, Goldschmied Artur Korn
Kunz Vogelgesang, Kürschner Charles Reid
Konrad Nachtigall, Spengler Rainer Zaun
Sixtus Beckmesser, Stadtschreiber Adrian Eröd
Fritz Kothner, Bäcker Markus Eiche
Balthasar Zorn, Zinngießer Edward Randall
Ulrich Eisslinger, Würzkrämer Timothy Oliver
Augustin Moser, Schneider Florian Hoffmann
Hermann Ortel, Seifensieder Martin Snell
Hans Schwarz, Strumpfwirker Mario Klein
Hans Foltz, Kupferschmied Diógenes Randes
Walther von Stolzing Klaus Florian Vogt
David, Sachsens Lehrbube Norbert Ernst
Eva, Pogners Tochter Michaela Kaune
Magdalene, Evas Amme Carola Guber
Ein Nachtwächter Friedemann Röhlig

http://rapidshare.com/files/260313362/Acto1.mp3
http://rapidshare.com/files/260330824/Acto2.mp3
http://rapidshare.com/files/260402468/Acto3.mp3

Y mañana empezamos con Herr Thielemann y el Ring. Buenas noches y a disfrutarlo!!!! ;)

domingo, 26 de julio de 2009

BAYREUTH 2009 (1): TRISTAN UND ISOLDE


Queridos lectores os traigo la grabación de la función de apertura del Festival de Bayreuth 2009, que fue Tristan con la Theorin y Dean Smith. He querido poner en vez de una foto de escena, una foto de donde desde la última producción trabajo yo, el Inspizientenpult o mesa de regidor... Eso si, la de Bayreuth mola mucho más. Bueno voy a seguir grabando Maestros, para que mañana esten por aqui. Así que os dejo con Tristan:

RICHARD WAGNER
Tristan und Isolde
Besetzung 2009

Musikalische Leitung Peter Schneider
Regie Christoph Marthaler
Szenische Leitung der Wiederaufnahme Anna-Sophie Mahler
Bühnenbild Anna Viebrock
Kostüme Anna Viebrock
Chorleitung Eberhard Friedrich

Tristan Robert Dean Smith
Marke Robert Holl
Isolde Irene Theorin
Kurwenal Jukka Rasilainen
Melot Ralf Lukas
Brangäne Michelle Breedt
Junger Seemann Clemens Bieber
Ein Hirt Arnold Bezuyen
Ein Steuermann Martin Snell


http://rapidshare.com/files/260194301/Acto1.mp3

http://rapidshare.com/files/260236903/Acto2.mp3

http://rapidshare.com/files/260236905/Acto3.mp3

viernes, 24 de julio de 2009

Es war ein mal (1): Viktoria und Ihr Husar

Queridos lectores, voy a inagurar una serie de post que van a ir de operetas, algunas que están olvidadas y para mi juicio se merecen estar totalmente en el repertorio, ya no solo por gusto personal -como pasaba con las del genial Luis Mariano-, sino por avances técnicos, musicales y dramatúrgicos. Se trata de contarlas totalmente nostálgicas y que os enganche a vosotros, de ahí el “es war ein mal”, que es el “erase una vez” germano, y es que son pequeñas historias tan cargadas de riqueza. Durante los años veinte y treinta se produjeron verdaderas joyas completamente multidisciplinares que aunaban la magia de la opereta vienesa con los ritmos del jazz más comercial (mi adorado slowfox, el foxtrot, el charleston, etc.), la perspicacia de los diálogos de maestros como Löhner-Beda, lo picante de la revue y el kabarett, amen de técnicas cinematográficas. Y es que en Europa florecieron estos “gesamtkünstler” para las clases medias tales como Ralph Benatzky, Robert Stolz, Robert Gilbert, Pál Ábrahám o nuestro Francisco Alonso.

Será precisamente Pál Ábrahám el que hoy nos acompañe, y os contaré la historia de una de sus operetas más famosas y a la vez más bellas, Viktoria und ihr Husar. Os voy a contar un secretito y es que esta opereta me sugestiona enormemente y me hace llorar de principio a fin. Los que me conocéis, sabéis bien que a mi me cuesta mucho llorar en la ópera, quizás porque llevo tantos años, el saber de cosas técnicas, el haberle hecho la autopsias a tantas, pero a veces hay obras que se escapan. Entre ellas esta, pero claro como todo tiene trampa y es que su libretista el Dr. Löhner-Beda siempre me llega al alma (un día le tengo que dedicar un post a Giuditta), sobre todo cuando me acuerdo de su historia. Un brillante dramaturgo, al que su mejor amigo Franz Lehár, lo traicionó no hizo nada por él y lo mandaron primero a Dachau, luego a Buchenwald (donde sobrevivió a su mujer y a sus hijas) y por último al lugar más terrorífico del siglo XX, Auschwitz, pero bueno esta es otra historia… Lo cierto es que Beda-Löhner junto con Alfred Grünwald crearon en 1930 un fabuloso libreto, lleno de un sabor especial, sobre una obra de Imre Földes. La música de Pál Ábrahám, refuerza aun más la carga dramática de la obra. Viktoria und ihr Husar (Viktoria y su Husar) se estrenó el 21 de Febrero de 1930 en Budapest. Siendo su estreno alemán en Leipzig el 7 de Julio de ese mismo año, y su estreno austriaco el 23 de Diciembre en el Theater an der Wien. Hay que señalar una cosa y es que uno de los aportes fundamentales es su presentación como si de una película se tratase ya que juega con escenas cortas y fluidas consiguiendo unos contrastes anímicos muy interesantes, y una evolución dramatúrgica muy natural, al contrario que solía pasar en este género.

La historia que se nos cuenta es digna de una película –como la que le dedicaron al año siguiente-, empecemos con la forma que da titulo al post “Es war ein mal” o Erase una vez en el imperio Austrohungaro, una condesa casi niña llamada Viktoria, aquellas de las que gastaban media vida en fiestas de Viena, en lujosas boutique y otra media en en su castillo de Hungria, estaba enamorada de un Rittmeister -me vais a permitir que mantenga la forma alemana, que me parece más elegante y más aristocrático- de Húsares, Stefan Koltay. Pero en 1914 estalló la guerra y ambos se separaron jurándose amor eterno. La cosa es que tras años de espera la condesa recibió una carta en la que se aseguraba la muerte de Koltay, pues este había caído en una batalla en Rusia. Con el fín de la guerra y el desmoronamiento del Imperio, la condesa y su hermano Fery han caido en la ruina, de la que solo podrá salvarles si Viktoria se casa con John Cunlight, un diplomático americano, ella acepta. Tras un breve preludio casi cinematográfico se levanta el telón del prólogo, estamos en un campo de prisioneros en Siberia. La primera imagen es para un capitán de húsares húngaro, que está con su ayuda de cámara Jancsy. Él no es otro que Koltay, han sido condenados a muerte y esperan su ejecución, pues fracasó su misión. Jancsy toca unas melancólicas czárdás con su violín. Unos cosacos les interrumpen, y le dicen a Jancsy que si le entrega su violín ambos serán libres. Los dos húngaros no tienen problema y lo entregan. Los cosacos los liberan y ellos no tardan en huir hacia Japón

Sin embargo por cosas del destino (y así comienza el primer acto de la opereta), en Japón está Viktoria, convertida en esposa del embajador americano. Ella se casó con él cuando supo de la muerte de Koltay, y aun después de muerto -o eso cree ella- lo sigue amando. Koltay aparece en la embajada, pues ha oído que compatriotas suyos solicitaron asilo tras la guerra, pues la esposa del embajadora es hungara. Allí reconoce a Viktoria, pero se presenta bajo un nombre falso, aunque no oculta su nacionalidad. Poco después se entera que John Cunlight ha sido destinado embajador en Rusia, y que en pocos días abandonaran Tokyo. Incluso el hermano de Viktoria, Ferry y su prometida japonesa O Lia San, dejaran Japón. John ignorando todo el pasado, presenta a su esposa a su compatriota. Así ella disfrutará de compañía y no añorará su patria. Así ofrece a Stefan viajar a Rusia con protección diplomática para volver a Hungria. Koltay acepta a sabiendas de lo que va a pasar.

El segundo acto se inicia en un bellísimo salón de la embajada de Estados Unidos en San Petersburgo. A solas Stefan y Viktoria, hablan más ella que él. Stefan se descubre y le ofrece huir con él a Hungria. Ella se niega y dice de sus obligaciones como esposa. Sin embargo el servicio secreto ruso, ha descubierto a Stefan, quien se ha percatado de su falsa identidad, y se lo hacen saber a John Cunlight. Por el documento, descubre de quien se trata, es Stefan Koltay el antiguo prometido de su esposa, sin embargo se niega a entregarlo. El Rittmeister, se da cuenta de la situación, Viktoria ya no le ama y decide entregarse a los rusos. Ella llega tarde, no puede hacer nada. En este momento John Cunlight se da cuenta de que el corazón de Victoria pertenece a Stefan, y la deja marchar.

En el tercer acto han pasado cinco años y nos encontramos en Doroszma. Viktoria se ha divorciado, y tras un largo viaje por el mundo ha regresado a su pueblo natal con Ferry, y su criada Riquette. Por la fiesta de la cosecha, la tradición exige que se han de casar tres parejas. Por ahora hay dos Ferry y O Lia San, quien se está adaptando a la vida húngara y Jancsy, el ayuda de Stefan y Riquette. Falta una. Ferry propone a una tercera pareja, es Cunlight quien ahora es embajador en Hungria. Ha vuelto para reencontrarse con ella, pero cuando la reconciliación que quiere Ferry está cercana, aparece Stefan Koltay vestido con el traje de gala. John es consciente de lo que sienten ambas y se ha rendido, tanto ama a Viktoria que ha conseguido que vuelva su húsar de Rusia sano y salvo. La opereta termina con un telón lento tras la triple boda de las parejas, y con Cunlight alejandose.

Magnífico y melodramático argumento de Grünwald y Beda-Löhner, que muy bien supo poner en música Pál Ábrahám, en una escritura musical que oscilaba desde la nostalgia húngara hasta el “american taste” de la época, en los personajes buffos. La opereta se inicia con las czárdás que toca Jancsi y que canta fabulosamente Koltay. Otros momentos magníficos son el dúo de Ferry y O Lia San, “meine Mama war aus Yokohama”, en clave de swing con toques orientales. La tierna presentación a ritmo de vals de Cunlight “Pardon madame”. Y el no poco magnífico el final del primer acto con el duo de las czárdás de Koltay “Ungarland, Donauland…”. Ferry volverá a aparecer con un duo delicioso en ritmo de foxtrot “Mausi, süß warst du heute Nacht…”. Un duo impresionantes es el que cantan Koltay y Viktoria “Reich mir zum Abschied noch einmal die Hände”. Un número casi cabaretístico en fusión con las czárdás es “Ja, so ein Mädel, ungarisches Mädel, geht nicht aus dem Schädel,”, que canta Jancsy y Riquette. Con un toque extremadamente alegre, que marca un camino hacia el happy end es “Nur ein Mädel gibt es auf der Welt”. La opereta concluye con la despedida de Cunlight con la bella canción “Pardon Madame, auf wiedersehen”.

Las voces como no son hiperconvencionales para la opereta. Se asigna un tenor lírico para el papel de Koltay, una soprano lírica en el rol de Viktoria y un baritono lírico para Cunlight. El resto de papeles se lo reparten dos parejas de soubrettes y tenores buffos (Ferry y O Lia San, y Jancsy y Riquette respectivamente).

La versión que os ofrezco es la siguiente:

Paul Abraham
VIKTORIA UND IHR HUSAR



Viktoria
GITTA LIND
Cunlight
WILLY SCHNEIDER
O Lia San
LONNY KELLNER
Sekretär
HANS MÜLLER-WESTERNHAGEN
Koltay
KARL FRIEDRICH
Jancsi
WILLY HOFMANN
Riquette
RUTH ZILLGER
Pörkelty
HANS SCHANZARA
Offizier
KURT FABER
Kosak
FRANK BARUFSKI
Wachtmeister
ERICH BRANDT
Miki San
URSULA FELDHEGE
Bonze
CHRISTO BAJEW

Kölner Rundfunkorchester
Comedien-Quartett
Gemischter Chor
FRANZ MARSZALEK
1955
Polydor
45 050 LPH
Vinyl, 10", LP, Mono
La versión es buena e incluye diálogos en alemán, siendo la única grabación completa que conozco de esta bellísima opereta. También está la de Rudolph Schok y Margarette Schram, pero solo son extractos…

Así que nada, espero que lo hayáis disfrutado y nada. Solo puedo emplazaros hasta el próximo post. Y nada a pasarlo bien con Pál Abrahám, al que le hemos hecho justicia hoy. Y no os preocupeis caeran más de él y de Löhner-Beda. Buenas noches y cuidaos…

PD: Y mañana empezamos con Bayreuth. TRISTAN UND ISOLDE. Bayreuth 2009 en la Bactria!!!