Hoy (y los sucesivos dias) os traigo DER RING DES NIBELUNGEN '09 de Bayreuth. Espero que los disfruteis, iré colgando las jornadas en los días siguientes a la función. Así que para el dos de Agosto tendreis completo el Anillo de 2009, bastante interesante con un interesante reparto. Ya me direis que os parece. A disfrutarlo!!!!
Richard Wagner DER RING DES NIBELUNGEN Bühnenfestspiele im ein Vorabend und drei Tage
Dirigent Christian Thielemann
Inszenierung Tankred Dorst
Bühnenbild Frank Philipp Schlößmann
Kostüme Bernd Ernst Skodzig
Dramaturgie Norbert Abels
Wotan Albert Dohmen
Donner Ralf Lukas
Froh Clemens Bieber
Loge Arnold Bezuyen
Fasolt Ain Anger
Fafner Hans-Peter König
Alberich Andrew Shore
Mime Wolfgang Schmidt
Fricka Michelle Breedt
Freia Edith Haller
Erda Christa Mayer
Woglinde Christiane Kohl
Wellgunde Ulrike Helzel
Flosshilde Simone Schröder
Siegmund Endrik Wottrich
Hunding Kwangchul Youn
Sieglinde Eva-Maria Westbroek
Brünnhilde Linda Watson
Fricka Michelle Breedt
Gerhilde Sonja Mühleck
Ortlinde Anna Gabler
Waltraute Martina Dike
Schwertleite Simone Schröder
Helmwige Edith Haller
Siegrune Wilke te Brummelstroete
Grimgerde Annette Küttenbaum
Rossweisse Alexandra Petersamer
Siegfried Christian Franz
Stimme des Waldvogels Christiane Kohl
Gunther Ralf Lukas
Hagen Hans-Peter König
Gutrune Edith Haller
Waltraute Christa Mayer
1. Norn Simone Schröder
2. Norn Martina Dike
3. Norn Edith Haller
hoy toca mi Wagner favorito, Die Meistersinger von Nürnberg. Una gran función en Bayreuth, y como es tradición el público más conservador y rancio abuchea a la biznietísima, Katharina Wagner, el alma de esta función y hacedora de la mejor puesta en escena de esta ópera de los últimos 50 años, si exceptuamos la de Konwitschny para Hamburgo, y las de su tío Wieland en Bayreuth. Fabulosos Klaus Florian Vogt, Norberst Ernst, Adrian Eröd, Michaela Kaune y Markus Eiche. No tan fabuloso el Sachs de Titus, pero mejor que Hawlata. Weigle apoteósico, con una gran orquesta y un gran coro...
QUE LES DEN A LOS QUE ABUCHEAN, les queda muchos años de aguantar a Katharina, que esta es de por vida y solo tiene 31 años, jajajajaa....
Richard Wagner Die Meistersinger von Nürnberg Besetzung 2009
Musikalische Leitung Sebastian Weigle Regie Katharina Wagner Bühnenbild Tilo Steffens Kostüme Michaela Barth Tilo Steffens Chorleitung Eberhard Friedrich
Hans Sachs, Schuster Alan Titus Veit Pogner, Goldschmied Artur Korn Kunz Vogelgesang, Kürschner Charles Reid Konrad Nachtigall, Spengler Rainer Zaun Sixtus Beckmesser, Stadtschreiber Adrian Eröd Fritz Kothner, Bäcker Markus Eiche Balthasar Zorn, Zinngießer Edward Randall Ulrich Eisslinger, Würzkrämer Timothy Oliver Augustin Moser, Schneider Florian Hoffmann Hermann Ortel, Seifensieder Martin Snell Hans Schwarz, Strumpfwirker Mario Klein Hans Foltz, Kupferschmied Diógenes Randes Walther von Stolzing Klaus Florian Vogt David, Sachsens Lehrbube Norbert Ernst Eva, Pogners Tochter Michaela Kaune Magdalene, Evas Amme Carola Guber Ein Nachtwächter Friedemann Röhlig
Queridos lectores os traigo la grabación de la función de apertura del Festival de Bayreuth 2009, que fue Tristan con la Theorin y Dean Smith. He querido poner en vez de una foto de escena, una foto de donde desde la última producción trabajo yo, el Inspizientenpult o mesa de regidor... Eso si, la de Bayreuth mola mucho más. Bueno voy a seguir grabando Maestros, para que mañana esten por aqui. Así que os dejo con Tristan:
RICHARD WAGNER Tristan und Isolde Besetzung 2009
Musikalische Leitung Peter Schneider Regie Christoph Marthaler Szenische Leitung der Wiederaufnahme Anna-Sophie Mahler Bühnenbild Anna Viebrock Kostüme Anna Viebrock Chorleitung Eberhard Friedrich
Tristan Robert Dean Smith Marke Robert Holl Isolde Irene Theorin Kurwenal Jukka Rasilainen Melot Ralf Lukas Brangäne Michelle Breedt Junger Seemann Clemens Bieber Ein Hirt Arnold Bezuyen Ein Steuermann Martin Snell
Queridos lectores, voy a inagurar una serie de post que van a ir de operetas, algunas que están olvidadas y para mi juicio se merecen estar totalmente en el repertorio, ya no solo por gusto personal -como pasaba con las del genial Luis Mariano-, sino por avances técnicos, musicales y dramatúrgicos. Se trata de contarlas totalmente nostálgicas y que os enganche a vosotros, de ahí el “es war ein mal”, que es el “erase una vez” germano, y es que son pequeñas historias tan cargadas de riqueza. Durante los años veinte y treinta se produjeron verdaderas joyas completamente multidisciplinares que aunaban la magia de la opereta vienesa con los ritmos del jazz más comercial (mi adorado slowfox, el foxtrot, el charleston, etc.), la perspicacia de los diálogos de maestros como Löhner-Beda, lo picante de la revue y el kabarett, amen de técnicas cinematográficas. Y es que en Europa florecieron estos “gesamtkünstler” para las clases medias tales como Ralph Benatzky, Robert Stolz, Robert Gilbert, Pál Ábrahám o nuestro Francisco Alonso.
Será precisamente Pál Ábrahám el que hoy nos acompañe, y os contaré la historia de una de sus operetas más famosas y a la vez más bellas, Viktoria und ihr Husar. Os voy a contar un secretito y es que esta opereta me sugestiona enormemente y me hace llorar de principio a fin. Los que me conocéis, sabéis bien que a mi me cuesta mucho llorar en la ópera, quizás porque llevo tantos años, el saber de cosas técnicas, el haberle hecho la autopsias a tantas, pero a veces hay obras que se escapan. Entre ellas esta, pero claro como todo tiene trampa y es que su libretista el Dr. Löhner-Beda siempre me llega al alma (un día le tengo que dedicar un post a Giuditta), sobre todo cuando me acuerdo de su historia. Un brillante dramaturgo, al que su mejor amigo Franz Lehár, lo traicionó no hizo nada por él y lo mandaron primero a Dachau, luego a Buchenwald (donde sobrevivió a su mujer y a sus hijas) y por último al lugar más terrorífico del siglo XX, Auschwitz, pero bueno esta es otra historia… Lo cierto es que Beda-Löhner junto con Alfred Grünwald crearon en 1930 un fabuloso libreto, lleno de un sabor especial, sobre una obra de Imre Földes. La música de Pál Ábrahám, refuerza aun más la carga dramática de la obra. Viktoria und ihr Husar (Viktoria y su Husar) se estrenó el 21 de Febrero de 1930 en Budapest. Siendo su estreno alemán en Leipzig el 7 de Julio de ese mismo año, y su estreno austriaco el 23 de Diciembre en el Theater an der Wien. Hay que señalar una cosa y es que uno de los aportes fundamentales es su presentación como si de una película se tratase ya que juega con escenas cortas y fluidas consiguiendo unos contrastes anímicos muy interesantes, y una evolución dramatúrgica muy natural, al contrario que solía pasar en este género.
La historia que se nos cuenta es digna de una película –como la que le dedicaron al año siguiente-, empecemos con la forma que da titulo al post “Es war ein mal” o Erase una vez en el imperio Austrohungaro, una condesa casi niña llamada Viktoria, aquellas de las que gastaban media vida en fiestas de Viena, en lujosas boutique y otra media en en su castillo de Hungria, estaba enamorada de un Rittmeister -me vais a permitir que mantenga la forma alemana, que me parece más elegante y más aristocrático- de Húsares, Stefan Koltay. Pero en 1914 estalló la guerra y ambos se separaron jurándose amor eterno. La cosa es que tras años de espera la condesa recibió una carta en la que se aseguraba la muerte de Koltay, pues este había caído en una batalla en Rusia. Con el fín de la guerra y el desmoronamiento del Imperio, la condesa y su hermano Fery han caido en la ruina, de la que solo podrá salvarles si Viktoria se casa con John Cunlight, un diplomático americano, ella acepta. Tras un breve preludio casi cinematográfico se levanta el telón del prólogo, estamos en un campo de prisioneros en Siberia. La primera imagen es para un capitán de húsares húngaro, que está con su ayuda de cámara Jancsy. Él no es otro que Koltay, han sido condenados a muerte y esperan su ejecución, pues fracasó su misión. Jancsy toca unas melancólicas czárdás con su violín. Unos cosacos les interrumpen, y le dicen a Jancsy que si le entrega su violín ambos serán libres. Los dos húngaros no tienen problema y lo entregan. Los cosacos los liberan y ellos no tardan en huir hacia Japón
Sin embargo por cosas del destino (y así comienza el primer acto de la opereta), en Japón está Viktoria, convertida en esposa del embajador americano. Ella se casó con él cuando supo de la muerte de Koltay, y aun después de muerto -o eso cree ella- lo sigue amando. Koltay aparece en la embajada, pues ha oído que compatriotas suyos solicitaron asilo tras la guerra, pues la esposa del embajadora es hungara. Allí reconoce a Viktoria, pero se presenta bajo un nombre falso, aunque no oculta su nacionalidad. Poco después se entera que John Cunlight ha sido destinado embajador en Rusia, y que en pocos días abandonaran Tokyo. Incluso el hermano de Viktoria, Ferry y su prometida japonesa O Lia San, dejaran Japón. John ignorando todo el pasado, presenta a su esposa a su compatriota. Así ella disfrutará de compañía y no añorará su patria. Así ofrece a Stefan viajar a Rusia con protección diplomática para volver a Hungria. Koltay acepta a sabiendas de lo que va a pasar.
El segundo acto se inicia en un bellísimo salón de la embajada de Estados Unidos en San Petersburgo. A solas Stefan y Viktoria, hablan más ella que él. Stefan se descubre y le ofrece huir con él a Hungria. Ella se niega y dice de sus obligaciones como esposa. Sin embargo el servicio secreto ruso, ha descubierto a Stefan, quien se ha percatado de su falsa identidad, y se lo hacen saber a John Cunlight. Por el documento, descubre de quien se trata, es Stefan Koltay el antiguo prometido de su esposa, sin embargo se niega a entregarlo. El Rittmeister, se da cuenta de la situación, Viktoria ya no le ama y decide entregarse a los rusos. Ella llega tarde, no puede hacer nada. En este momento John Cunlight se da cuenta de que el corazón de Victoria pertenece a Stefan, y la deja marchar.
En el tercer acto han pasado cinco años y nos encontramos en Doroszma. Viktoria se ha divorciado, y tras un largo viaje por el mundo ha regresado a su pueblo natal con Ferry, y su criada Riquette. Por la fiesta de la cosecha, la tradición exige que se han de casar tres parejas. Por ahora hay dos Ferry y O Lia San, quien se está adaptando a la vida húngara y Jancsy, el ayuda de Stefan y Riquette. Falta una. Ferry propone a una tercera pareja, es Cunlight quien ahora es embajador en Hungria. Ha vuelto para reencontrarse con ella, pero cuando la reconciliación que quiere Ferry está cercana, aparece Stefan Koltay vestido con el traje de gala. John es consciente de lo que sienten ambas y se ha rendido, tanto ama a Viktoria que ha conseguido que vuelva su húsar de Rusia sano y salvo. La opereta termina con un telón lento tras la triple boda de las parejas, y con Cunlight alejandose.
Magnífico y melodramático argumento de Grünwald y Beda-Löhner, que muy bien supo poner en música Pál Ábrahám, en una escritura musical que oscilaba desde la nostalgia húngara hasta el “american taste” de la época, en los personajes buffos. La opereta se inicia con las czárdás que toca Jancsi y que canta fabulosamente Koltay. Otros momentos magníficos son el dúo de Ferry y O Lia San, “meine Mama war aus Yokohama”, en clave de swing con toques orientales. La tierna presentación a ritmo de vals de Cunlight “Pardon madame”. Y el no poco magnífico el final del primer acto con el duo de las czárdás de Koltay “Ungarland, Donauland…”. Ferry volverá a aparecer con un duo delicioso en ritmo de foxtrot “Mausi, süß warst du heute Nacht…”. Un duo impresionantes es el que cantan Koltay y Viktoria “Reich mir zum Abschied noch einmal die Hände”. Un número casi cabaretístico en fusión con las czárdás es “Ja, so ein Mädel, ungarisches Mädel, geht nicht aus dem Schädel,”, que canta Jancsy y Riquette. Con un toque extremadamente alegre, que marca un camino hacia el happy end es “Nur ein Mädel gibt es auf der Welt”. La opereta concluye con la despedida de Cunlight con la bella canción “Pardon Madame, auf wiedersehen”.
Las voces como no son hiperconvencionales para la opereta. Se asigna un tenor lírico para el papel de Koltay, una soprano lírica en el rol de Viktoria y un baritono lírico para Cunlight. El resto de papeles se lo reparten dos parejas de soubrettes y tenores buffos (Ferry y O Lia San, y Jancsy y Riquette respectivamente).
La versión es buena e incluye diálogos en alemán, siendo la única grabación completa que conozco de esta bellísima opereta. También está la de Rudolph Schok y Margarette Schram, pero solo son extractos…
Así que nada, espero que lo hayáis disfrutado y nada. Solo puedo emplazaros hasta el próximo post. Y nada a pasarlo bien con Pál Abrahám, al que le hemos hecho justicia hoy. Y no os preocupeis caeran más de él y de Löhner-Beda. Buenas noches y cuidaos…
PD: Y mañana empezamos con Bayreuth. TRISTAN UND ISOLDE. Bayreuth 2009 en la Bactria!!!
Queridos lectores, hoy le dedico el post a mi compañera de coro Vito. A veces la gente se interesa –como ella ha hizo ayer en el FB- en alguien que duerme en el silencio de los justos y que solo sale por la noche como las almas errantes en círculos académicos. Como en este blog me ha dado por intentar ser un pequeño Dr. Von Frankenstein y resucitar a viejos cadáveres musicales, hoy voy a hacer lo propio y adentrarme en su obra más “oscura” de él la que mejor le representa, pareciendo que ha impregnado de su psique esta ópera. Este personaje que hoy os presento es digno de película, y de un buen análisis, lástima que no frecuentase al Dr. Freud, como otros tantos, porque el pobre no pasó una vida “perfecta”, aunque para ello estaba destinado. Se trata de Siegfried Wagner. Cuando conocí la obra de Siegfried Wagner, tan solo tenía 14 años. Y he de reconocer que fue la radio quien retransmitió Sonnenflammen y me la tragué entera. Antes más me fascinaba su obra totalmente, hoy comprendo porque está olvidada, por naïf, por kitsch y por cursi. Aun así me daría cierto morbo intelectual poner en escena cualquiera de sus obras. Todas impregnadas de guiños hacía su vida personal, sus pequeños traumas y sobre todo el gran esfuerzo por obviar EL NOMBRE DEL PADRE.
Nacido en Triebschen el seis de junio de 1869, “Fidi”, fue el tercer hijo de Richard Wagner y Cósima (Listz/ von Büllow) Wagner. El propio Wagner diseñó una educación digna de un principe siendo su maestro el joven y brillante Dr. Nietzsche. Afortunadamente esto nunca llegó a cumplirse y Siegfried se criaría con bastantes miramientos, hasta su viaje de ausbildung por España, africa y asia junto con su gran amor de adolescencia, el compositor británico Clement Harris en 1892, según investigaciones recientes del Prof. P.P.Pachl -que enfadaron a los sectores más rancios del wagnerianismo-. La trágica muerte en manos de los turcos marcaría aun más su carácter retrotraido y tímido, años más tarde. Dejó la arquitectura por la música y en 1894 debutó en Bayreuth como asistente de Felix Mottl y Hans Richter. Y en 1908 tomó el relevo en la dirección artística del Festival.
Su madre Cósima, hizo caso omiso a las inclinaciones sexuales de su hijo y le obligó a asegurar la dinastía, para que en el futuro lo sucediera en la herencia del festival. La llegada al festival de la huérfana inglesa Winifred Williams adoptada por los Klindworth –las reduccions para piano de Karl son aun hoy las mejores- fue providencial. Aquella joven de 17 años era la candidata ideal y la boda se efectuó en septiembre de 1915, "Fidi" tenia 46 años y "Winnie" 18. Pronto la pareja tuvo cuatro hijos: Wieland Wagner (1917-1966), Wolfgang Wagner (1919-) , Friedelind Wagner (1918-1991) y Verena Wagner (1920-). Lo cierto es que él nunca la quiso, era una mujer altamente destructiva y que le anulaba por completo.
En 1923, Adolf Hitler visita el festival para mostrar sus respetos a la familia Wagner, escuchar obras de su compositor favorito y encontrarse con el historiador y teórico inglés Houston Stewart Chamberlain -otro gran racista-. En 1924, regresa a presenciar El anillo del nibelungo y a fortalecer relaciones con la familia. Así comienza la “oscura historia”, que tan fenomenalmente nos cuenta Gottfried Wagner en su libro “Quien no aulla con el Lobo…” En 1930, cuatro meses después de la muerte de su madre, Siegfried murió de un infarto cardíaco en Bayreuth siendo sucedido por su viuda Winifred Wagner, con nefastas consecuencias para el festival por su fanática asociación con Hitler y el nacionalismo. Así Winnie firmaba la sentencia de muerte de la obra artística de su marido…
La obra de Siegfried ha sido rescatada por el PERSONAJE ARTÍSTICO que es el Prof. Peter P. Pachl, musicólogo y regisseur, altamente conocido por sus interpretaciones provocadoras –y bien fundamentadas- de la obra y vida siegfriedwagneriana, con las que yo suelo comulgar. Especialmente con las tesis de la homosexualidad, que se esboza clarísimamente tras una lectura de sus diarios y su autobiografia, así como en la proyección de su impresionante neurosis en su obra a través de recurrentes temas fetichistas relacionado con el incesto, la madre, los “niños muertos”, el infanticidio o los amores prohibidos, etc. Lo cual, viene aun más fundamentados en cada artículo o notas al programa que puede escribir el profesor Pachl.
Musicalmente nos encontramos con un autor de una gran sensibilidad. Sin lo visionario de su padre, ni la capacidad técnica de sus contemporáneos Zemlinsky y Schreker, su obra no llega a dar el salto a post-romántica totalmente, sino que se queda a priori en un romanticismo alla Humperdick. Sus recursos se fundamentan en el delicado tratamiento de las cuerdas y maderas, en el peso de los metales y sobre todo en una apariencia de liviandad frente algunos trabajos de su padre. Parece que en su composición a parte de una preferencia por los temas macabros y eróticos-parafílicos, se quisiera maquillar con una música aparentemente bella, y sobre todo con unos finales de redención, lo que le hace separarse de Richard Strauss, o los anteriormente mencionados.
Si tuviésemos que señalar una ópera de su producción yo me quedaría con El reino de los cisnes negros (Schwarzschwanenreich). Estrenada en 1910, es la más macabra de sus óperas, que se fastidia con un final sensiblón totalmente mediocre, que tira por el suelo la actitud dramática de dos actos y un prólogo. La ópera gira en torno a las supersticiones del llamado Reino de los Cisnes Negros, un lugar en el bosque donde se sacrificaban los niños al diablo. Poniendonos en antecedentes, Hulda la protagonista, había matado a su hijo ilegítimo y lo había enterrado en lo más profundo del bosque. La culpa –primer elemento importante y altamente relacionable con la vida de “Fidi”- le atormenta, pero ella sueña con un príncipe azul el cual a través de su amor le redima de su pecado.
Musicalmente no tiene desperdicio. El bellísimo preludio hiperdescriptivo, nos cuenta los antecedentes, que hemos relatado. La pregunta llega cuando nos preguntamos ¿Cómo matar a un niño ilegitimo puede ser tan bello? Pues ahí está la clave de todo este asunto. Al principio se nos presenta una cierta completitud erótica de Hulda, a través de las cuerdas con los primeros acordes, una especie de ensoñación con la que el propio Siegfried Wagner quiere librarla de culpa, el pacto con el diablo no es tan grave parece decirnos, y acto seguido entran en juego primero las maderas y justo después los metales, para comenzar un tema en el que Hulda se muestra totalmente candorosa a través del bosque, donde en un juego las flautas y oboe hacen la brisa y en pianissimi enseñan los rayos del sol, creando la atmosfera. La música parece desvanecerse, cuando aparece el leitmotiv del diablo a través de una serie de modulaciones, entrando gracias a los metales y las cuerdas graves, que luchando con el resto de la cuerda se imponen. Es la seducción del mismísimo de diablo. El leitmotiv de Hulda se rompe, y entonces poco a poco va apareciendo la culpa, que se entremezcla con las cuerdas que tocan la completitud de Hulda apoyados por las maderas. El doble rostro del diablo –cogido del recurso del Venusberg de su padre- se manifiesta cuando comienzan a entremezclarse los dos motivos, dando lugar a un acellerando y una modulación que anticipa el asesinato del niño, del hijo del diablo, son las cuerdas las que crean esa terrible sensación, que se sosiega otra vez en los brazos del mismísimo diablo, con el mismo leimotiv del principio, un momento cristalino del olvido, para desvanecerse como la música en lo más profundo del inconsciente. Porque sin demonio o con demonio el crimen lo cometió ella y eso es lo que retornará a lo largo de la ópera.
Aquí os dejo una grabación de este preludio, escuchadla y contadme…
Os prometo que otro día os pondré la ópera completa aquí para que la disfruteis, ok??? Pues espero que os haya gustado, y que a partir de ahora escucheis algo a Siegfried Wagner, que aunque kitsch y algo naïf a veces es sumamente interesante...
Queridos lectores, hoy cambiamos de aires, adios trascendentalismos, y bienvenidas obritas ligeras olvidadas. Si ayer os proponía música de los ’30 alemanes, hoy nos vamos a ir hasta el Théâtre de laGaîté-Lyrique de Paris, para escuchar una de las operetas más importantes de Henri Bourtayre y Jacques-Henry Rys, protagonizada por Luis Mariano. Chevalier du ciel se estrenó el jueves 6 de Octubre de 1955 y cerraría cartel en Diciembre de 1956 con más de 400 representaciones.
Esta fue la primera opereta que Mariano, haría sin Francis López. Así se enfrentaba a un rol más contemporaneo de los que veía cantando hasta entonces, mucho más cercano a las comedias musicales, de estilo americano, el estilo Broadway. De hecho la sinopsis, con espias, aviones y un claro contexto de la guerra fria, es un guiño no solo a la producción americana del momento, sino al cine y a la literatura popular. La idea surgió de Bourtayre, que se la comentó a la directora del teatro Germaine Roger, quien en seguida se puso en negociaciones con Luis Mariano, quien aceptó el papel de Jean-Lous d’Ascain. La crítica ensalzó a la opereta, especialmente a Mariano, de quien dijo que estaba radiante con el uniforme de teniente de navio de la Armada francesa. El resto de papeles principales se les asignó a las sopranos Claudine Céréda y Lucie Dolène. La dirección musical correspondió a Maurice Darnell y la puesta en escena a Jacques-Henri Duval.
Hay que señalar especialmente en lo musical, el tema de la opereta Chevalier du Ciel, y la maravillosa y rítimica canción Seul. En lo melancólico, la canción de desesperanza a ritmo de slowfox Mon bonheur s'est enfui. Los duos de d' Ascain y Marilyn están llenos de ritmos picantes con aires jazzisticos, mientras que con Anne-Marie coge una gama mucho más romántica, señalaremos La Valse de l'amour, de una galantería quasi vienesa . Un palace, que canta Marylin, es un slowfox, que torna en un vals, para seducir. Y no nos podemos ir sin el maravilloso Prière païenne, lleno de ritmos sudamericanos, casi para terminar la opereta, porque esta ha de terminar con Sans ton amour, una romanza llena de lirismo en la mejor tradición operetística. En resumen una partitura exquisita de Henri Bourtayre et Jacques-Henry Rys.
Os contaré levemente la acción de la obra. El telón se levanta, y nos muestra una panorámica del puerto de Toulon. Un gigantesco portaaviones “Le Valeureux” acaba de abandonar el puerto para ir a una misión en el Pacífico. A bordo del portaaviones el teniente Jean-Louis d'Ascain, piloto de caza, es el reponsable de un nuevo prototipo cuyos planos secretos son objetivos para agencias de espionaje de todo el mundo.
"Le Valereux" llega a Tahití y el teniente Ascain conoce a una hermosa y rica americana, Marilyn Van Loo. La bella joven es inmediatamente seducida por el teniente. Aparentemente hay amor entre ellos, pero en realidad la hermosa Marilyn es una agente de una red de espionaje, que quiere los planos de Ascain. Los militares deberán regresar a la base francesa de Brest, pero la bella y misteriosa americana seguirá el teniente y a su prototipo.
Tras su llegada a Bretaña, el avion de Jean-Louis d'Ascain en un entrenamiento de vuelo se incendia. Arriesgando su vida, una joven pastora, Anne-Marie, que vio caer el avión, logró salvar del fuego al joven piloto, cosa que el conoce después en el hospital militar de Brest. Entre la chica y el teniente nace una fuerte pasión. Pero el porta-aviones tiene orden de partir hacía una misión importante, y Ascain, debe dejar a Anne-Marie. Ella promete escribirle.
"Le Valereux" llega a Fort-de-France (Martinica). Marilyne que teme que se le escape Ascain, intercepta una carta de amor de Anne-Marie y la sustituye por una carta de ruptura. Después de muchas vicisitudes, d’ Ascain y sus amigos se reúnen en la selva de Guyana, donde son atacados por un comando mandado por la red de espionaje de Marilyn. Pero consiguen vencerlos. La suerte una vez más está al favor de “Le Chevalier du Cieux”. Ascain descubre la doble traición de la misteriosa Marilyn. Y al final el teniente se reencuentra con Anne-Marie, con quien será feliz a partir de ahora.
Los datos de la grabación –transferida desde un antiguo vinilo de mi abuelo, esta tarde que estaba aburrido- son los siguientes:
CHEVALIER DU CIEL
Opérette à grand spectacle en 2 actes et 24 tableaux
Livret et lyrics : Paul Colline
Musique : Henri Bourtayre et Jacques-Henry Rys
Orchestre : Maurice Darnell
Mise en scène : Jacques-Henri Duval
Décors et costumes : Mick Bernard
Chorégraphie : Mary-Jo Weldon
Ballets : Ballet de la Gaîté-Lyrique
CAST
Claudine Céréda ( Marilyn Van Loo )
Lucie Dolène ( Anne-Marie )
Luis Mariano ( Jean-Louis d'Ascain )
Francis Blanche ( Panette )
Jean-Paul Thomas ( Dulure )
René Novan ( Georghiu Papescu )
LP TRANSFER (1955)
PISTAS
01« Les Chevaliers du ciel ( J.L. d'Ascain )
02« Seul » ( J.L. d'Ascain )
03« Mes Paradis » ( J.L. d' Ascain )
04« Et tout » ( duo Marilyn et J.L. d'Ascain )
05« Et voilà le résultat » ( Trio Marilyn, J.L. d'Ascain et René Aranda )
06« Chanson des infirmières » (J.L. d'Ascain et Choeur )
Espero que los disfruteis, y ya me direis que os parece, esta pequeña joyita de los ‘50. Ay que nostalgico –sin causa- me pongo con estos post, jajajaja, si es que esta música me puede tantísimo. Y mañana no se si será serio o no el post, pero os prometo, que estaré por aquí…
Hoy me apetece hablar de uno de los rivales de Franz Schreker, se trata de Max von Schillings (1868-1933). Es uno de los compositores que yacen olvidados, a pesar de la enorme fama de que gozó en vida. Y en parte está bien, pues se portó mal durante la República de Weimar, era antisemita, boicoteo personalmente a Schreker y a Schönberg (entre otros en la Academía Prusiana de las Artes) expulsandolos de la misma, etc. Aun así hay que reconocerle algunos méritos como ser el maestro de Wilhelm Fürtwangler, ser el director de la Ópera de Berlin entre 1919 y 1925 y componer una bellísima ópera, llamada Mona Lisa, que os ofrezco en este post.
Von Schillings nació en Düren, hijo del fotografo -primera coincidencia con Schreker- Carl Georg Schillings. Comenzó a estudiar música en Bonn. Lo compaginó con estudios de derecho, literatura, historia del arte y filosofía en la Universidad de Munich. Con respecto a su vida personal, se casaría dos veces, una primera en 1892 con Caroline Josefa Peill, divorciandose en 1923, para casarse con la soprano Barbara Kemp, quien estrenó Mona Lisa en 1915.
Perteneció al circulo de Bayreuth desde 1890, cuando entró a formar parte como asistente musical. De 1908 a 1915 trabajó en Stuttgart. Y desde 1919 hasta 1925 sucedió a Richard Strauss como intendente de la Ópera de Berlin. Posteriormente hizo bastantes giras por Europa y los Estados Unidos, volviendo a Alemania en 1932, donde fue Presidente de la Academía Prusiana de las Artes, sucediendo a Max Liebermann. Desde marzo de 1933 hasta su muerte volvió a ser director artístico de la Staatsoper de Berlín. Murió el 24 de Julio de 1933 de una embolia pulmonar. Sus cenizas reposan en Frankfurt-am-Main.
Y ahora vamos con Mona Lisa, la ópera que hoy os traigo. Esta es su ópera más conocida, con libreto de Beatrice von Dovsky. Se estrenó con gran éxito el 26 de Octubre de 1915 en el Neues Hofftheater de Stuttgart. Tan importante fue, que en 1923 se estrenó en el MET de Nueva York, también con gran éxito. Como “Die Gezeichneten” -otro paralelismo más- la acción está situada en el renacimiento italiano, y tiene como protagonista a la famosa Mona Lisa, aquella que pintase Leonardo. La ópera está estructurado en torno a un prólogo y un epílogo en la actualidad y dos actos donde se desarrolla la acción. Como os podeis imaginar, las voces son como en Schreker, todo menos modestas, por supuesto. Juega con toda una gama de recursos vocales, exprimiendo al máximo cada subdivisión vocal. Es prácticamente incantable, y hacer un cast hoy sería harto difícil. Veamoslas, son las siguientes
En el prólogo y el epílogo:
Der Fremde [El extranjero] (Barítono)
Die Frau [su mujer] (Soprano dramática)
Laienbruder [Un lego] (Tenor dramático)
En la acción
Mona Lisa (Soprano dramática)
Francesco (Barítono)
Giovanni (Tenor dramático)
Ginevra (Soprano de Coloratura)
Dianora (Soubrette)
Pietro (Bajo profundo)
Arrigo (Tenor lírico)
Alessio (Tenor buffo)
Sandro (Baritono lírico)
Masalino (Bajo buffo)
Piccarda (contralto)
Doble coro tras la escena.
Como vemos se exprimen todas las posibilidades, en el trío protagonista tenemos tres voces wagnerianas, de extrema dificultad, especialmente el rol de ella y el de Salviati. Los demás fluctúan entre el virtuosismo de Ginevra, el candor adolescente de Dianora, la majestuosidad de Pietro, los jóvenes caballeros de elegante linea vocal Arrigo y Sandro. Y por último el toque cómico de Alessio y Massalino, los criados, que como marca la tradición han de ser voces buffas. Y por si esto fuera poco, la orquesta es gigante, propia de la época para conseguir esas sonoridades tan complejas y ricas. Así además de las cuerdas, requiere 13 instrumentistas en las maderas, 14 instrumentistas en los metales, seis personas en la percusión, dos arpas, una celesta, una mandolina, un órgano y diversos juegos de campanas. Con esto consigue von Schilligs, una música que sin los colores, ni las incandescencias de Schreker o sin el onirismo casi de cuento de Zemlinsky, un sutil estilo, imbricado entre el impresionismo, el verismo más denso y mucho más juego en la melodía, prevaleciendo sobre la armonía. Von Schillings, se centra en la dramaturgia musical, un narrador perfecto, basándose en una dramaturgia cambiante y dinámica, colores muy vivos en la orquesta, y sobre todo el erotismo, y la feminización de la música, con plenas referencias al modernismo entonces reinante. Lo lírico ante lo dramático, la belleza quasi-pathica antes que la tragedia catártica.
Entre los momentos a destacar os propongo, el bellísimo preludio del prólogo, que nos hace intuir la triste de Mona. La bulliciosa y sensual escena del carnaval, al comienzo del acto I. El final violentísimo y terrorífico con la escena de celos de Francesco y la posterior violación de Lisa. El comienzo del acto II y la “plegaria” de Mona Lisa el miércoles de ceniza o el bellísimo dueto entre Dianora y Lisa. Amen, de ese significativo epílogo, que te pone todos los pelos de punta, con las palabras del tenor. Vamos, es que no tiene desperdicio, ninguno. Aquí os dejo en youtube, dos de los antes mencionados: El preludio y el epílogo…
Y ahora el argumento, de esta magnífica ópera. Tras el preludio se levanta el telón en Florencia. Un matrimonio de turistas, el viejo y ella muy joven recorren las estancias de un palacio guiados por un hermano lego, quien comienza a contar la historia de Mona Lisa. La mujer se muestra muy interesada. En el acto I, nos situamos en las mismas habitaciones que el prólogo pero en 1492, es casa de Francesco Giocondo, un martes de carnaval. Francesco está casado con Lisa, pero le corroen los celos porque su esposa no le regala una sonrisa, como la famosa que exhibió ante el retrato de Leonardo. Francesco celebra con sus invitados el carnaval, mientras su mujer ha ido a confesarse, y los monjes y las monjas que ha llevado Savonarola llaman a la penitencia y al recogimiento. Por orden del papa, Giovanni de’ Salviati debe recibir de manos de Francesco una perla preciosa. No la obtendrá hasta el día siguiente; está guardad a buen recaudo, junto con otras en una enorme caja de caudales hermética. Hoy debe lucirlas Mona Lisa, que odia las perlas. Giovanni y Mona Lisa se enamoran, pero Francesco los vigila y los sorprende. Giovanni se esconde en la caja de caudales. Francesco cierra con llave y la tira al Arno. Lisa desfallece y Francesco la viola. En el acto II, es miércoles de ceniza, Lisa, se ha despertado con la vana esperanza de encontrar una señal de vida en la caja de caudales. Giovanni ha muerto por asfixia en el interior de la misma. Entonces Dianora, hija de Francesco, le lleva la llave que han encontrado en una barca a la orilla del Arno. Mona Lisa envía la niña a misa del alba, pero no encuentra fuerzas para abrir la caja. Por eso finge ante Francesco que tenía la llave desde la víspera. Él abre para mirar y Mona Lisa, le empuja y lo encierra. Ahora está condenado a sufrir la misma muerte que Giovanni. En el epílogo, hemos vuelto al mismo lugar pero en la actualidad. La joven fuertemente emocionada, le da dinero al lego para una misa por la paz del Alma de Mona Lisa. Camino de la salida, le cae de las manos un ramo de flores: lirios, los preferidos de Mona Lisa. En una última e intensa mirada entre el lego y la joven, él le dice: ¿Quién es usted? ¡Eva! ¿Betsabe? ¿Magdalena? Es la tentación. Mona Lisa… ¡Mona Lisa! Y cae el telón.
Simplemente magnífica. La versión que os ofrezco es la única -si exceptuamos la de Inge Borkh y Hans Beirer- completa que hay en el mercado. Grabada en Kiel en 1994, es bastante interesante, por la calidad (excepto Bonnema son todos desconocidos) que destila, se trata del buen hacer alemán… El reparto es el siguiente.
Espero que os guste y disfruteis, esta pedazo de ópera, que os presento hoy. Como veis voy haciendo algo por rescatar estas joyas sigloveinteras, de un olvido injusto por parte de teatros, cantantes y directores. Y es que el repertorio está de puta madre porque es casi todo chunta-chunta, pero donde se ponga una ópera así, ya se pueden ir quitando Elissir d’ amor y algunas operillas como esa…
Y nada, me despido hasta mañana. Espero que os subyugue tanto como a mi, ese final que dice el monje mirando a la joven, que no son otros que los espíritus de Giovanni y Lisa, reencontrados quinientos años después...
No me cabe duda de que Franz Schreker, ha sido fuertemente infravalorado como compositor. Estoy seguro que si preguntamos a aficionados no solo a la ópera, sino ala música “culta” (que palabra más asquerosa…) no tendrán ni idea de quien se trata… Lo veíamos el otro día en la Tertulia del Foyer, donde en el juego de las 200 óperas, Die Gezeichneten sufrió fuertemente frente a obras de peor calidad como Tosca o Lucrezia Borgia. Ese olvido se debe en gran parte a su infortunio durante los últimos años de su vida, en un periodo en el que el nacionalsocialismo cobraba cada vez más importancia en Alemania. La carrera de Schreker y su reputación posterior también fueron víctimas de Hitler y Strauss -quien colateralmente se quitó a al competencia de encima, pues Schreker compitió fuertemente en los escenarios con él, consiguiendo que sus “Die Gezeichneten” fuesen más representados que las obras de Strauss-. Así que permitanme que el primer post de la nueva era, sea para honrar a este grande de la música de mi querida Viena finisecular...
Hijo del fotógrafo de la corte y de una aristócrata venida a menos, Schreker nació en Mónaco en 1878 y viajó extensamente durante su infancia. En 1892 empezó a estudiar en el Conservatorio de Viena, donde su profesor de composición fue Robert Fuchs. Ya por entonces tuvo cierto éxito: su Canción de amor para orquesta y arpa fue interpretada en Londres en 1896 por la orquesta de la Ópera de Budapest; le siguieron otras obras durante ese periodo, que culminó en 1900, año en el que terminó sus estudios, con el Salmo CXVI, composición con la que se graduó, una obra para coro femenino a tres voces, órgano y orquesta, que fue favorablemente recibida en su estreno en Viena por la Orquesta del Conservatorio.
De gran renombre en la república de Weimar, en 1920 Schreker fue nombrado director de la Musikhochschule de Berlín, puesto que desempeñó hasta 1932, cuando la creciente hostilidad antisemítica le obligó a dimitir. Su renuncia forzosa de la Academia Prusiana de las Artes en 1933 le ocasionó un ataque al corazón y, finalmente, la muerte. Los últimos años de su notable carrera fueron afectados por manifestaciones en contra de su obra. En 1931 se canceló su ópera Christophorus, como resultado de la influencia de los nacionalsocialistas y un año más tarde hubo manifestaciones durante las representaciones de su última ópera, Der Schmied von Gent, en la Ópera Alemana de Berlín.
Sus óperas -con libretos propios, alla wagneriana- tienen un gran compenente de busqueda de la identidad personal, la apariencia y lo oculto, en una época, la época de la Viena de Karl Krauss y Secesión, en la que estas eran temas primordiales, como en el de su colega Alexander von Zemlinsky. Como podría ser un poco traumático, volver del exilio y colgaros una megaópera de Schreker, pues mejor introducirse, aunque ya os colgaré algo esta semana o la próxima… Así que os propongo el CD que sacó el carísimo e inencontrable sello MARCO POLO -manda huevos yo tengo varias cosas originales y todo, jajajaja-, con Edgar Seipenbusch y la Orquesta Filarmónica Eslovaca, editado en 2001.
En la primera pista del CD, tenemos la Obertura Ekkehard. Basada en una novela escrita en 1857 por Viktor von Scheffel, es un romance situado en el siglo X y fue una las novelas alemanas más leídas a finales del siglo XIX. Scheffel, abogado de profesión y pintor y poeta por vocación, dejó su puesto en los servicios jurídicos de Baden en 1853 para dedicarse a la literatura. El Ekkehard de Scheffel, descrito en el Klangstil de la Obertura sinfónica de Schreker, es un monje joven que ha sido elegido como profesor de latín de la Duquesa Hadwig de Suabia. Entre los dos surge el amor, algo de lo que no se da cuenta Ekkehard hasta que mide su destreza con las armas en la batalla contra los hunos. Intenta abrazar a la Duquesa, que lo rechaza, y es hecho prisionero. Más tarde se escapa y vence sus pasiones en la soledad, haciéndose ermitaño. Al final vuelve para convertirse en el Canciller del Emperador. La música de este sigue sus avatares, desde el medievalismo monástico de los primeros acordes, a través de la batalla, hasta concluir serenamente. Es una visión anticipatoria de la historia del protagonista, aun fuertemente inmersa en los cánones románticos.
Schreker escribió su Obertura Fantástica en 1903 (segunda pista del CD). La obra demuestra su habilidad para manejar la orquesta en una música cuyo título no es claramente programático, pero que parece seguir un discurso narrativo.
La tercera pista del CD que os ofrezco, es Der Schatzgräber (El buscador de tesoros) debió gran parte de su éxito a su tema medieval y al uso, una vez más, del simbolismo de los cuentos de hadas alemanes, todo ello en un relato que Schreker tal vez encontró en las obras de Heine. La ópera empieza con un Prólogo en el que el rey anuncia que las joyas de la reina se han perdido. El bufón aconseja que se llame al cantante, pues seguro que cuando toque el laúd aparecerán. Como recompensa por sus consejos, aquél exige que se le otorgue una esposa, una idea que le llena de tanta alegría que empieza a bailar. El interludio sinfónico del acto III acompaña a una escena nocturna en la que la luna desaparece y se hace la oscuridad total. Se acerca el alba. Els, a la que se toma por hija del tabernero, deposita a los pies del cantante, el amado Elis, las joyas de la reina, que han llegado hasta ella y le pide que se las lleve a la reina. Aunque parece que todo va a acabar bien, en el cuarto acto aparece la tragedia cuando Els, acusada de brujería, se salva de la hoguera gracias a la intervención del bufón, que la reclama como esposa. Elis, ya viejo, llega, durante su deambular, a la morada del bufón en la montaña y canta una canción que habla de un país fantástico en la que Elis y Els, príncipe y princesa, consiguen el tesoro de la buena fortuna a pesar de las desgracias de la vida. Mientras, el bufón acaba la acción pronunciando un amén final.
La pista número cuatro corresponde a Die Gezeichneten (“Los estigmatizados”) debe su origen a la petición que le hizo el compositor Zemlinsky de un libreto que tratara de la tragedia de un hombre feo –una forma de vengarse de Alma Mahler, quien lo había humillado llamadolo “Sucio gnomo desdentado que huele a taberna… “. Schreker escribió un texto, que utilizó él mismo, en el que el deformado héroe contrasta con la belleza de la Génova renacentista. El relato trata de la rivalidad entre Alviano Salvago, un noble tullido, y el Conde Andrea Vitelozzo Tamare, un experto seductor. Ambos se disputan el amor de Carlotta Nardi, la hija del Podestà de Génova, Lodovico Nardi. El conflicto acaba en tragedia en una gruta subterránea, marco de las orgías de los jóvenes de Génova. El Preludio de Die Gezeichneten, que empieza de modo tranquilo, utiliza el material temático que representa a Alviano y Carlotta (e desarrollará en el impresionante final del Acto II) y la música asociada con el disoluto Tamare. Con una orquesta de más de 120 profesores, se buscan sensaciones como la volatilidad, la iridiscencia musical (por división extrema en las cuerdas) o el onirismo, así como desmaterialización sonora, gracias a la ausencia de bajos (música sin fondo) y al uso de instrumentos como el arpa, la celesta o el xilófono. Die Gezeichneten cuenta con dos celestas y más de 8 personas para la percusión.
Y hoy por hoy, “Der ferne Klang” sigue siendo la ópera más conocida –y única estrenada en España, más concretamente en el Teatro de la Maestranza de Sevilla- de Schreker, aunque su favorita siempre fue Das Spielwerk, nombre de la revisión de Das Spielwerk und die Prinzessin, que es la quinta pista del CD que os ofrezco. La acción de ésta, por cierto muy mal recibida en Viena, tiene lugar en la Edad Media y se centra en un instrumento musical imaginario, un carillón de campanas, creado por el viejo maestro artesano Florián. El país está gobernado por una malvada princesa, en cuyo poder están la mujer y el hijo de aquél. Durante sus salvajes orgías, la princesa ha abusado del sonido de las campanas, que han perdido su pureza, pero su música se renueva momentáneamente con la aparición de un flautista ambulante, a quien Florián entretiene en su casa. La ópera original acababa en tragedia con la destrucción de las campanas y la casa del artesano. La versión revisada, sin embargo, sustituyó ese final con otro más sereno. La primera versión de Das Spielwerk und die Prinzessin empezaba con un prólogo en el que se veía cómo cuatro hombres fabricaban un féretro a la luz de las antorchas. Estos hombres reaparecían más tarde, portando el cuerpo del hijo del Maestro Florián. En la fantasmagórica escena del prólogo desaparecen en la oscuridad con su carga, mientras la lenta Obertura comienza. A esta música le sigue, al alzarse el telón, una escena en la que se ve el castillo, al fondo, y, delante, la vieja casa del artesano.
¿Os ha gustado mi regreso? Si, pues me alegro. No, pues que le vamos a hacer… Lo interesante es que hay que seguir dando la tabarra para devolver al sitio que merece Schreker, y no es precisamente el olvido. Creo que es una obligación total… Ay, otro weimariano desaparecido, que de no haber vivido entonces, pues ahora sería programado… Bueno, mejor, así son más interesantes.
Y mañana mucho mas… Y bienvueltos todos a mi palacio!!!
Hola a todos!!!! (Si es que queda alguien por ahí...)
Lo cierto, es que he vuelto despues de muchas ¿aventuras?, no, no... experiencias las llamaría yo. Y es que este 2009 ha sido un año tremendamente "raro", y me ha tenido muy alejado, quizás demasido alejado de todo:
Primero la salud que no me ha tratado nada bien (dos sustos grandes en menos de seis meses), luego los estudios que me han consumido mucho, aunque ya soy LICENCIADO EN FILOSOFÍA por la Universidad de Málaga. Despues la "pila" de cabrones con los que me he tenido que enfrentar este año, aunque varios han salido trasquilados y a otro no le pienso volver a hablar jamás y deseo fervientemente encontrarmelo en un futuro para recordarle esas palabras de aliento que me dió en su día... Y bueno por último está la música con un cambio de identidad fuerte, eso de cambiar de tesitura te marca, aunque no lo creais... Se acabó el barroco para siempre (o eso creo yo), fue duro pero también fue lo mejor, para mi yo interior, jejeje. Quise empezar haciendo un trabajo sobre los castrati y acabé (afortunadamente) en "El Caballito Blanco", eso ha sido muy paradigmático, marca todo mi año vital. ¿No creeis? Pues si, porque este año mi vida se ha parecido tanto a un libreto de Beda-Löhner...
Aunque no todo han sido cosas malas y traumas este año, también debuté como inspizienz y licht-inspizienz (lo pongo en alemán porque mola más, pero es regidor y maestro de luces) en una magnífica producción de Die Zauberflöte dirigida por el Maestro Ramos en lo musical y por el genial Paco López en lo escénico, donde tuvimos un clima de trabajo magnífico. He estado también en el teatro de Götz Friedrich (algo impagable) viendo un montaje de la Ariadne auf Naxos de Strauss por Robert Carsen. Me he estrenado con una obra como dramaturgo en Quito Händel 2.0 (Gracias María Elena!!!). He visto Maestros Cantores en el Liceu. La opereta y "Im Weissen Rössl", se han convertido en objeto de estudio serio. He seguido profundizando en psicoanálisis (especialmente en la obra de Jacques Lacan). Dos profesores que salvan toda la carrera, y que gracias a ellos no ha sido un horror el último año de carrera, se trata de: Juanjo Padial y Mª Victoria Parrilla, a ellos dos muchísimas gracias. He descubierto a Karl Krauss, y también a Hegel. Y me he decidido a seguir por caminos musicológicos, diciendole un "hasta luego" momentaneo a mi amiga la filosofía, porque la verdad es que no la aguanto más a ella en exclusiva...
Y eso es todo, por si queriais saber porque no he estado por aquí últimamente. Ahora vuelvo con pilas muy cargadas, con nuevos animos, y con una nueva vida... Ya soy licenciado, y aunque eso no signifique mucho, es otra historia. Os prometo que volveré a grabar Bayreuth, a subir óperas y operetas raras (ya no más barrocadas), a poner cosas sobre regisseurs, criticar a quien se lo merezca, etc.
Vayan temblando los que tengan que temblar, que vuelve Arsace!!!!
PD: Ya preparo y cuelgo el primer post de mi regreso. Un monográfico de Franz Schreker...